La concienciación social para buscar reducir el plástico del planeta es uno de los pilares de la sostenibilidad que se viene apoyando durante los últimos años.
Según los datos de la Onu, cada año se fabrican más de 5 billones de bolsas de plástico que, en su gran mayoría, acaban entre las 13 millones de toneladas de plástico que acaban vertidos en los océanos. Solo esta cifra ya debería ser la señal para entender que, un producto derivado del petróleo que tarda hasta 500 años en biodegradarse, debería tener sus días contados.
Es ahí donde han entrado la picardía y el márketing. En un mundo en el que la población busca aportar su granito de arena, las empresas han podido contribuir con lo que en la jerga de marketing se conoce como win – win.
Algo tan sencillo como bolsas ecológicas han servido de inspiración para que las marcas no solo colaboren con el planeta y agasajen a sus clientes sino para hacer visible el logotipo o eslogan en el día a día de la persona que la recibe.
¿Cuántos son ya los clientes que acuden a la compra con su bolsa de tela personalizada para poder llevarse los productos comprados en ella en vez de pagar el precio simbólico de la de plástico?
Postureo o concienciación social
En realidad, más allá del postureo, la utilidad de este tipo de producto es absoluta. Cuando hay que llevar algo, es mucho más cómodo hacerlo en un tipo de bolsas de yute o de las reforzadas que en una de plástico.
Más allá de la estética, conciencia el poder asegurar que, cada cual, es capaz de reducir al máximo el consumo de bolsas de plástico que, en la mayoría de los casos, sirven como recipiente de reciclaje o bien se rompen y acaban en la basura por su misma calidad.
El movimiento social ha hecho el resto. Hoy todo forma parte del postureo. Pero del sano, del que busca un cambio en gestos pequeños y donde las empresas han sabido dar un paso al frente y colaborar con regalos corporativos que les sirven de escaparate y que, bien diseñadas, incluso se convierten en objetos de deseo.
De hecho, se ha convertido en una ventaja en la estrategia de negocio al hacer cómplice a quien la porta al llevarla a rincones que ninguna publicidad llegaría.
La Moda del Yute
De hecho, la moda del yute ha venido para quedarse. Bolsos, bolsas e incluso alfombras se han colado en los principales escaparates y cuentas más seguidas de redes como decoración.
Este versátil producto natural, que proviene de plantas tropicales y cada vez más valorada por sus fibras, ha sido el último paso para el uso constante de un tipo de bolsa que sirva para llevar lo necesario en el día a día sin que esto lastre el look de los más coquetos.
Desde los clásicos sacos de café, actualmente productos casi de coleccionista, a las bolsas que actualmente diseñan desde supermercados a grandes marcas, tan solo ha pasado por medio unos años en los que la conciencia social y la guerra contra el plástico se ha hecho realidad.