Las comunidades neolíticas del norte del Mediterráneo empezaron la producción de leche hace entre 9000 y 7000 años, desde el inicio de la agricultura, tan pronto como introdujeron la domesticación de animales. La leche fue un alimento importante, que habría contribuido significativamente a la expansión de las primeras comunidades campesinas, proveyéndolas de alimento y productos duraderos. También habría sido un factor clave para la extensión y adopción de la domesticación animal en la región.
Así lo indica una investigación internacional, publicada en la revista PNAS, que aporta nuevas evidencias y una perspectiva regional sobre la explotación de los primeros animales domésticos en esta área geográfica.
El estudio, liderado por las universidades británicas de York y Bristol y el Centre National de la Recherche Scientifique (Francia), con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha combinado el análisis de residuos de grasas animales –lípidos- en 567 fragmentos de recipientes cerámicos, con el análisis de los perfiles de mortalidad –la edad de la muerte de los ejemplares– de las principales especies de animales domésticos halladas en 82 yacimientos del norte del Mediterráneo y Próximo Oriente, datados entre el séptimo y el quinto milenio aC.
Los resultados muestran una gestión animal diversificada a inicios del Neolítico. La obtención de leche y su procesado tuvieron una implantación diversa en la región, si bien la mayoría de comunidades empezaron a explotar este producto paralelamente a la domesticación de animales. El hallazgo de residuos lácteos en cerámica del año 7000 aC evidencia la importancia de la producción láctea tanto en el este como en el oeste; mientras que en el norte de Grecia la intensidad habría sido mucho más baja, con una producción de alimentos basada en la carne, principalmente de cerdo.
La importancia de la producción de carne y leche en el Neolítico Mediterráneo es un tema de debate entre los expertos, con investigación previa sugiriendo que la atracción por la leche podía haber sido clave para la domesticación de rumiantes como vacas, cabras y ovejas.
La profesora del Departamento de Prehistoria de la UAB y coautora del estudio, María Saña, señala que “el hallazgo tiene una especial relevancia, porque la integración de la producción de leche en las prácticas de subsistencia remodeló la economía y la alimentación humana de tal manera que todavía es perceptible actualmente”.
Residuos de ácidos lácteos en recipientes cerámicos
Los yacimientos del Neolítico antiguo de la Península Ibérica analizados evidencian que las ovejas y cabras habrían sido el componente principal de los primeros rebaños de animales domésticos en este área más occidental del Mediterráneo, documentándose también una fuerte correlación entre las edades a las que cabras y bueyes se destinaban al consumo humano y la presencia de residuos de ácidos lácteos en recipientes cerámicos.
En cuanto a las causas que podrían haber influido a la hora de orientar o no los rebaños a la producción láctea, los investigadores apuntan que, además de los factores ambientales, también podrían haber sido importantes las diversas dinámicas y tradiciones culturales que caracterizaron a las comunidades del Neolítico inicial del norte del Mediterráneo.
La investigación también abre interrogantes sobre cómo se procesó esta leche para hacerla digerible y agradable al paladar de los primeros granjeros, muchos de ellos, probablemente, intolerantes a la lactosa.
SINC