Las afecciones del aparato respiratorio crecen a medida que el medioambiente pierde su calidad de aire. Especialmente, debido a la contaminación. Combatir sus efectos, que tanto pueden ser el asma como la bronquitis, compete a la fisioterapia respiratoria. Una rama de la fisioterapia centrada en el tratamiento y la prevención de enfermedades relacionadas con nuestro aparato respiratorio.
De la relación entre el asma y la contaminación
No sólo algunos agentes tóxicos como el tabaco contribuyen a las enfermedades respiratorias, como el cáncer de pulmón y otras afecciones más o menos leves. El aire que respiramos, especialmente en un mundo altamente industrializado, contiene activos contaminantes que pueden afectar en distintos grados a nuestra salud pulmonar. Mencionando, por ejemplo, el asma, entre 9 y 33 millones de personas al año acuden a urgencias debido a afecciones de carácter asmático en gran medida causadas por la contaminación. Y aunque algunas decisiones puedan evitar padecer algunos de dichos problemas, existen opciones fisioterapéuticas para tratar y prevenir las enfermedades respiratorias.
La fisioterapia respiratoria es una rama especializada de la fisioterapia centrada en el tratamiento y la prevención de afecciones del aparato respiratorio. Se trata, por tanto, de un tipo de terapia dirigido a cualquier tipo de persona, independiente de su edad, contra todo cuanto interfiera en el funcionamiento de nuestra respiración. Sobre todo, contra afecciones como la bronquiolitis, la bronquitis, las neumonías e incluso los catarros. Así como para niños que padezcan enfermedades de carácter neurológico o neuromuscular, favoreciendo el desarrollo de los pulmones hacia un mejor cauce. Pero antes de entender las Claves sobre la fisioterapia respiratoria, es preciso conocer también su funcionamiento.
¿Cómo funciona y qué consigue la fisioterapia respiratoria?
La metodología que emplea la fisioterapia respiratoria depende de la edad del paciente. En el caso de los más pequeños, el proceso consiste en aplicar presiones torácicas y vibraciones, cuyo grado varía según edad y tamaño, así como aplicando una fuerza sobre el abdomen de forma controlada, especialmente en el diafragma. En el caso de los adultos, las técnicas son distintas y abarcan muchas posibilidades. Destacando entre ellas el uso de ventosas, masajes e incluso aparatos tecnológicos para drenar secreciones y ejercicios respiratorios. Este último punto, importantísimo para reeducar nuestro modo de respirar, ya que a menudo una mala praxis del propio sistema puede conducir a problemas y agravantes en el futuro.
Los resultados de la fisioterapia respiratoria, aunque no substituyan el tratamiento médico, son francamente sorprendentes. Desde restaurar el sistema respiratorio o mejorar la oxigenación, hasta una reducción de los ahogos y la facilitación de la movilización de secreciones. Unos resultados que, directamente, benefician nuestra calidad de vida. Otros de sus beneficios son también la mejora del intercambio de gases y la disminución del tiempo de hospitalización. La respiración es, en realidad, tan compleja, que un ingreso largo en una clínica puede repercutir en su estado a causa de la diferencia de aire, o incluso la propia posición al guardar reposo en cama y, por tanto, limitar el aparato respiratorio a un funcionamiento plano y regular.
El ámbito de aplicación de la fisioterapia respiratoria es muy diverso y, por tanto, universal. Tanto puede realizarse en casa, como en una clínica. En el primer caso, es posible practicar algunos ejercicios que permitan reeducar nuestro aparato respiratorio. Cuanto a los niños, por ejemplo, existen juegos de soplar sencillísimos con los que, a la par que pasar el rato, trabajar la respiración. Y en el segundo caso, basta con acudir a un profesional de esta disciplina y, a partir de la consulta, empezar a aplicar los ejercicios respiratorios recomendados para trabajar el aparato respiratorio de forma individual.
Todo un espectro de aplicación acreditada
A pesar de sus objetivos contra dolencias como la bronquitis o los ahogos, la fisioterapia respiratoria abarca también otras molestias o enfermedades proclives a dichas afecciones y enfermedades. Como lo son las enfermedades orofaciales, el Parkinson, la esclerosis múltiple o el Alzheimer. Pese a todo, cabe recordar que este tipo de fisioterapia no siempre debe llevarse a cabo ante la inminencia de un mal respiratorio. Recordando su capacidad preventiva, es también positivo para nuestra salud llevar a cabo distintos ejercicios, guiados por el especialista, que nos permitan asegurar el rendimiento de nuestro organismo. Evitando, de este modo, posibles incidencias respiratorias.
Reprendiendo el asma como una dolencia crónica respiratoria común, ésta afecta alrededor del mundo a 358 millones de personas. Por tanto, no se trata de un problema aislado, sino de una afección que reincide en el ser humano, y principalmente, a causa de la contaminación de nuestro planeta en el ozono. Combatir este punto compete a la dirección de los distintos países del mundo y su trabajo para con el ecologismo. Sin embargo, los problemas derivados de dicha contaminación deben tratarse debidamente y en manos de un profesional acreditado que nos asesore, ayude y guíe durante la salida de la afección respiratoria.