Londres (dpa) – Dicen que incluso masajea los pies de la reina cuando ven juntas televisión. Angela Kelly ha logrado lo que muchos apenas sueñan: aquella niña de una urbanización social en Liverpool se ha convertido en la confidente de Isabel II.
«Somos dos típicas mujeres. Hablamos de ropa, maquillaje y joyas», reveló la jefa de estilismo y asistente personal de la monarca en 2007 al «Telegraph», en una de las pocas entrevistas que brindó. «Debatimos: ¿se verá bien esta joya con esta vestimenta?».
Casi tres décadas y dos mundos socialmente muy distintos separan a estas dos mujeres apasionadas por la moda. El padre de Kelly trabajaba como operador de grúas en los muelles de Liverpool, su madre era enfermera.
Cuando Angela Kelly, una madre divorciada, recibió la invitación para la entrevista de trabajo en el palacio, vendió su lavadora para poder comprar la ropa adecuada para la ocasión.
Y, sin embargo, se han convertido en algo así como amigas, con moderación, por supuesto: «Conozco mi lugar. Nunca hablaría con la reina sobre asuntos de Estado», comentó Kelly al «Telegraph». «Vengo de orígenes humildes y creo que me he mantenido modesta».
No obstante, Kelly hizo lo impensado y publicó un libro sobre su relación con la reina Isabel II, «The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe» (La otra cara de la moneda: la reina, la estilista y el guardarropas).
El hecho de que la reina haya aprobado la publicación es una verdadera señal de confianza, ya que los servidores de la familia real generalmente tienen que firmar una cláusula de que mantendrán en secreto los asuntos internos de la Corte.
La niñera de Isabel II publicó indiscreciones en su libro «Las princesitas» en los años 1950 y luego cayó en desgracia. Pero «la reina ha dado personalmente a Angela su bendición para compartir su apego sin precedentes con el resto del mundo», anunció la casa editorial HarperCollins.
No es de extrañar, pues Kelly ya demostró su discreción y lealtad a la reina durante su primer encuentro en la residencia del embajador británico en Berlín en 1992. Eso y su respeto por la corona están presentes en todo el libro.
Pero fuentes palaciegas anónimas y expertos, entre ellos el autor Robert Jobson, también pintan a Kelly como una ejecutiva ambiciosa y «guardiana» de la reina, que se defiende ferozmente de los celos de otros servidores.
Al parecer es llamada por sus colegas «AK47», en referencia a los fusiles rusos Kalashnikov. Ya en su entrevista con el «Telegraph» -para la que también obtuvo la aprobación de la reina- la estilista real y diseñadora se rió de tales rumores. «Ya no tengo espacio en la espalda para más cuchillos», aseveró.
Se entiende tan bien con la reina que en su libro incluso relata los pequeños y benévolos trucos que le hace regularmente. Un verdadero acto de equilibrio sobre la cuerda floja, porque las jerarquías siempre deben ser respetadas, si bien Kelly es una de las pocas personas a las que se les permite ver a Isabel II casi todos los días en privado y tocarla.
Una meticulosa planificación se esconde detrás de los coloridos trajes elegidos para las numerosas obligaciones públicas que tiene la reina. Además, tienen que ser tomadas en cuenta todas las cuestiones de protocolo. Kelly gestiona el guardarropas real con ayuda de un equipo de siete personas.
Uno de los hitos principales es la carrera hípica de Royal Ascot, en la que cursan fuertes apuestas acerca del color del traje y el sombrero que lucirá Isabel II.
Kelly suele guardar los trajes en su propio apartamento palaciego en Windsor y deja pistas falsas para que no se filtre ninguna información sobre el look que llevará la reina.
Pero aunque el título de «Asistente personal, consejera y curadora de Su Majestad la Reina (joyería, insignias y vestuario)» fue creado especialmente para Kelly, su función también incluye costumbres de la corte muy diferentes y antiguas.
«Un ‘espíritu de servicio’ ablanda los zapatos nuevos de Su Majestad para asegurar que sean cómodos y estén siempre listos para su uso», escribe Kelly en su libro. Esa es su tarea.
«La reina tiene muy poco tiempo para sí misma y nada de tiempo para amoldar sus propios zapatos, y dado que ambas tenemos el mismo número de calzado, tiene sentido que lo haga», sostiene la estilista.
Kelly pasó nueve meses tan solo haciendo una réplica de la frágil túnica victoriana de 1841 en la que fueron bautizados la reina, el príncipe Carlos y el príncipe Guillermo.
La réplica también debía tenía que ser amarillenta, señala Kelly: «Para asegurarnos de que pareciera auténtica, la teñimos con té de Yorkshire (el más fuerte, como todos sabemos)». Desde entonces, todos los hijos del príncipe Guillermo y la duquesa Catarina, así como recientemente el hijo del príncipe Enrique y la duquesa Meghan, Archie, han sido bautizados con esa túnica.
Pero el punto culminante personal de Angela Kelly es la ceremonia de apertura del Parlamento británico que preside la reina, para la cual le ayuda a colocarse la capa, retira la corona imperial de la almohadilla y la levanta por encima de su cabeza.
«La magnificencia de este momento siempre me deja sin aliento», asegura Kelly. «Observo con admiración mientras espero que ella la asegure (a la corona). Entonces Su Majestad se da la vuelta, me sonríe y me hace saber que está lista para irse», describe.
Según el periódico popular «Sun», Angela Kelly ya está escribiendo un nuevo libro sobre los perros de Isabel II, los Corgis reales. Por supuesto, también con la bendición de la reina.
Por Uli Hesse (dpa)