(dpa) – En Bonn arrancó la etapa decisiva de la 23 conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23) con un llamamiento a los países a redoblar esfuerzos para implementar el histórico Acuerdo de París contra el cambio climático.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, destacaron la responsabilidad de los países ricos como principales causantes del cambio climático y su deber de ayudar a los Estados más vulnerables para afrontar sus efectos.
«Estoy convencida de que los Estados industrializados tienen que efectuar una contribución muy grande y muy especial porque tienen la capacidad de avanzar en el desarrollo tecnológico pero también porque tienen una responsabilidad histórica y han contribuido de manera fundamental al aumento de las emisiones de CO2», sostuvo Merkel.
«Los países ricos tienen una doble responsabilidad. Hemos sido responsables del cambio climático y por ello debemos participar activamente en su mitigación», la secundó Macron.
«El cambio climático suma más injusticia a un mundo injusto», afirmó el mandatario galo. «La lucha contra el cambio climático es por ello de lejos la lucha más importante de nuestros tiempos».
Macron invitó a una cumbre el 12 de diciembre en París en la que se concretará la financiación de medidas. «En París podremos y debemos movilizar fondos públicos y privados con un plan concreto», precisó. La fecha coincide con el mismo día de hace dos años en que se cerró el Acuerdo Climático que lleva el nombre de la capital francesa.
Asimismo, Macron anunció la determinación de Francia de asumir junto con Europa la financiación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) tras anunciar el presidente Donald Trump la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París.
«Francia va a asumir este desafío. Quisiera ver sumarse a la mayor cantidad de (países) europeos», instó. El IPCC está conformado por miles de científicos que analizan los efectos del cambio climático y sugieren estrategias de adaptación y mitigación.
El presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, tendió una mano a Estados Unidos, el único país que anunció su salida del Acuerdo de París.
«La política internacional, al igual que el clima, es un barco de carga lento, en especial cuando entra en movimiento», dijo Steinmeier. «Y quizás alguno que hoy se sale del puente de mando para hacerse a la mar en un bote auxiliar quiera acoplarse nuevamente al gran barco en un par de años».
«Tenemos que actuar. Y actuar ahora», urgió Frank Bainimarama, primer ministro de las Islas Fiyi y presidente de esta cita celebrada en la ciudad alemana de Bonn por razones de organización.
«Estamos representando los intereses de la gente y los lugares que llaman su hogar (…) Estamos todos en la misma canoa», repitió el primer presidente de una cumbre que proviene del grupo de un pequeño estado insular, extremadamente vulnerable al cambio climático.
Bainimarama dio la palabra en primer lugar a su compatriota Timothy, un niño que contó cómo su pueblo y su escuela fueron golpeados el año pasado por un temporal devastador. «La amenaza del cambio climático es real y está pasando aquí y ahora (…). Y se quedará si no hacemos algo ya», exclamó el pequeño fiyiano.
«El cambio climático es la amenaza decisiva de nuestros tiempos. Nuestro deber, mutuo y hacia las generaciones futuras, es elevar nuestras metas. Tenemos que hacer más en cinco áreas de objetivos: emisiones, adaptación, financiación, cooperaciones y liderazgo», instó el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Delegados de 195 países se dieron cita en Bonn para consensuar la letra chica del Acuerdo de París firmado en diciembre de 2015 para limitar el calentamiento del planeta. Los instrumentos legales que derivarán de estas negociaciones deberán ser aprobados en la cumbre en Kattowice, Polonia, a finales de 2018.
Tras una semana y media de deliberaciones a nivel de técnicos se perfilaban los primeros éxitos en la confección de un sistema de reglas para el cumplimiento de los compromisos adoptados hace dos años.
Según trascendió de fuentes de las delegaciones, ya circulan los primeros borradores. Entre los temas candentes figuran la forma en la que se medirán y reportarán las emisiones de dióxido de carbono de forma de que ningún país pueda «maquillar» su desempeño.
Asimismo se supo que se otorgará mayor voz a las mujeres y a los pueblos indígenas. Los documentos correspondientes serán presentados el viernes al pleno y se da por seguro que sean aprobados.
El Acuerdo de París tiene como principal objetivo limitar el calentamiento de la atmósfera terrestre bien por debajo de los dos grados centígrados en comparación con la era preindustrial y, de ser posible, a 1,5 grados.
Una meta difícil de alcanzar si se tiene en cuenta que las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) volverán a aumentar previsiblemente este año, en cerca de dos por ciento, alertó un informe publicado esta semana.
El encuentro en la antigua capital alemana es el primero desde la retirada de Washington del acuerdo, al que se sumaron hace poco Nicaragua y Siria.
El límite de dos grados de aumento de la temperatura está considerado como el máximo asumible para evitar consecuencias catastróficas. Según la Organización Meteorológica Mundial, la temperatura de la Tierra ya es 1,2 grados más alta que en la era preindustrial.
Por María Laura Aráoz