Desde hace unos cuantos días se sabía que Fernando Alonso causaría baja para el Gran Premio de Australia, pero su tirón mediático y deportivo se dejó notar. Las audiencias televisivas en Antena 3 cayeron considerablemente respecto al año pasado, con la pérdida de un millón de espectadores. A ello hay que unirle cada vez son más los abonados a la plataforma de Movistar TV, la otra cadena que cuenta con los derechos de la F1, y que la carrera se celebró una hora antes.
Fueron muchos los que optaron por quedarse en la cama y esperar a la redifusión de media mañana. Sólo el noveno puesto de Carlos Sainz merecía la pena.
En el próximo gran premio, que se celebrará en algo más de diez días en Malasia está prácticamente garantizada la participación del piloto asturiano, pero tampoco se puede asegurar con certeza hasta que McLaren dé el visto bueno. Aún siguen existiendo muchas dudas sobre lo qué paso aquel 22 de febrero en los test de Montmeló, ya que nadie ha dado explicaciones claras sobre el suceso. Mientras tanto Alonso continúa con su particular pretemporada, poniéndose a punto para Malasia.