Londres, 15 jul (dpa) – La alemana Angelique Kerber cumplió el sueño que tenía desde que niña cuando comenzó a jugar tenis al ganar el torneo de Wimbledon con la victoria en la final por 6-3 y 6-3 sobre la estadounidense Serena Williams.
Kerber, undécima favorita, jugó el sábado por la tarde en un nivel fantástico y en los 65 minutos que duró la definición no le dio opciones a Williams, que buscaba su octavo título en la hierba del All England. De esa manera, se tomó revancha de la final perdida en 2016, cuando la menor de las hermanas Williams celebró su último título en Wimbledon.
«Es un sueño que se hizo realidad», resaltó Kerber mientras sonreía con el trofeo en sus manos. «Disfruté cada segundo durante las últimas dos semanas», completó la germana en un escenario muy caro para el tenis de su país, con épicos triunfos de Steffi Graf, Boris Becker y Michael Stich.
«¡Ahora tenemos que compartir nuestra sala de estar! Steffi, Michael y yo … (Tal vez deberíamos agrandarla un poco…)», escribió Becker en su cuenta de Twitter, con una imagen de Kerber besando la «Venus Rosewater Dish», la tradicional bandeja de plata que le entregan a la campeona.
Después de la batalla que libraron antes el serbio Novak Djokovic y Rafael Nadal, que completaron su partido de semifinales interrumpido el viernes, a la final femenina no le faltó glamour, aunque sí un poco de suspenso en el marcador por la superioridad de Kerber.
La alemana quebró tres veces el servicio de Williams en el set inicial y en otra ocasión en el segundo, contra una sola ruptura de la estadounidense. Además, en el primer match point que dispuso, pudo cerrar el partido cuando la ex número uno del mundo dejó un revés en la red.
De inmediato, Kerber se dejó caer en el césped y dio una vuelta en el piso para quedar con la mirada hacia el cielo, antes de ir a saludar entre lágrimas a su vencida. Luego subió hasta el palco, donde la esperaba su agente Aljoscha Thron, su entrenador Wim Fissette y, sobre todo, su madre Beata, que no paraba de llorar de la emoción.
«Cuando era una niña pequeña, ya quería ganar Wimbledon. Estoy increíblemente contenta», dijo Kerber, que tuvo palabras de elogio para Williams, a la que consideró un ejemplo de superación y a la que venció más de una vez en una final de Grand Slam, proeza que hasta ahora tenía en exclusividad Venus Williams.
La siete veces campeona de Wimbledon devolvió las gentilezas. «Es una persona increíble», respondió Serena, que se mostró muy emocionada a pesar de la derrota.
«Fue un torneo increíble para mí. Tenía muchas esperanzas de llegar tan lejos», comentó Williams, que no paraba de llorar. Tras haber sido madre por primera vez, la estadounidense estaba jugando su cuarto torneo después del parto y por eso dedicó su gran resultado a todas las madres del mundo.
Para Kerber fue la mejor manera de revertir un 2017 olvidable, en el que no pudo celebrar ningún título, después de haber ganado el Abierto de Australia y el US Open en 2016, además de haber llegado a la cima del ranking mundial durante esa temporada.
Después de que Graf levantara el trofeo en 1996, Kerber imitó a su ídola y espejo para convertirse en la primera alemana en celebrar el título en la hierba londinense. Ahora sólo le resta festejar en Roland Garros para tener un trofeo en cada uno de los cuatro Grand Slam.
Con la victoria, la jugadora de 30 años regresará al top cinco, después de haberse caído del top ten la temporada pasada. Williams, en tanto, que arrancó el torneo en el puesto 188 y fue preclasificada 25 por una excepción del certamen, volverá a colocarse entre las 30 mejores del ranking.
Por Kristina Puck (dpa)