Fráncfort/Starnberg, 15 jun (dpa) – El filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas cumplirá 95 años el próximo martes, 18 de junio. Sin embargo, aún está lejos del retiro.
«Siempre está trabajando en algo», afirmó Romam Yos, quien trabajó junto al biógrafo de Habermas, Stefan Müller-Doohm, en un tomo de entrevistas para la editorial alemana Suhrkamp.
Yos señaló a dpa que lo ve «muy vivo, muy alerta, mentalmente concentrado». Sin embargo, según su editorial, Habermas ya no da entrevistas.
Eso no quiere decir que el pensador esté mudo. Ya no planea una obra monumental como su libro «Una historia de la filosofía» de 1.775 páginas, publicado en 2019. Sin embargo, una y otra vez escribe ensayos para grandes diarios o publicaciones científicas sobre temas de actualidad.
La pandemia de coronavirus, la guerra de Ucrania y el conflicto de Cercano Oriente lo mantuvieron ocupado en los últimos años. «No puede no pensar políticamente», dijo Yos, quien enseña en la cátedra de Filosofía de la Cultura en la ciudad alemana de Wuppertal.
Que para tantas personas sea familiar el nombre de Habermas tiene que ver con que hay dos Habermas: el filósofo, cuyo trabajo académico puede parecer «cargado de presupuestos y difícil de entender» para los profanos, como dice Yos, y el intelectual que interviene en debates públicos de actualidad.
Por supuesto, sus declaraciones están largamente argumentadas y no pueden reducirse a un titular. Sabe que esto también lo expone a la crítica, pero en un punto hasta lo desea. Al fin y al cabo, el debate, el intercambio de argumentos y la lucha por el entendimiento son algunos de sus temas centrales, incluso como filósofo.
De acuerdo con Yos, está sorprendentemente bien de salud para su edad. Su esposa, de casi la misma edad, aún vive, aunque hace poco perdieron a uno de sus tres hijos. Desde hace décadas, Habermas, nacido el 18 de junio de 1929 en Düsseldorf, vive en el Lago de Starnberg, aunque su trabajo está asociado principalmente a Fráncfort, donde fue ayudante de investigación de Max Horkheimer desde 1956 y ocupó su cátedra en 1964.
El vertiginoso ritmo de las redes sociales, la agresiva cultura del debate, el avance de las fuerzas autoritarias… todo esto debe resultarle ajeno, probablemente incluso repulsivo. Sin embargo, Habermas cree inquebrantablemente en el concepto de razón, de acuerdo con Yos. «No hay alternativa para él», indicó.
A punto de cumplir 95 años, puede decirse que Habermas ha tenido una vida de lo más fructífera. Sus escritos más importantes, «Historia y crítica de la opinión pública» (1962) y «Teoría de la acción comunicativa» (1981), son tan influyentes como ambiciosos. De acuerdo con Yos, en los ámbitos en los que no se habla la lengua alemana, Habermas sigue siendo uno de los pensadores alemanes más importantes.