Ciudad de México, 17 oct (dpa) – El escritor mexicano Jordi Soler, que promueve en México su libro «Usos rudimentarios de la selva», escrito a partir de los recuerdos de su infancia, considera que la memoria colectiva «está cada vez más ausente», mientras que la memoria individual se ve sustituida con frecuencia por la tecnología.
«Las sociedades avanzan a partir de su memoria colectiva. Tienen que saber de dónde vienen para saber a dónde van», dijo Soler, de 55 años, en entrevista con la agencia dpa. «El espacio que teníamos para ella está cada vez más lleno de información incesante».
Además, «ya nadie se da la oportunidad de mover el músculo del cerebro para acordarse de algo. Alguien saca el móvil y la máquina piensa por ti. Ver cosas divertidas en el teléfono te escatima el tiempo de silencio, el tiempo para pensar», afirmó el novelista, poeta y ensayista, que vive en Barcelona, tierra de sus abuelos.
«Usos rudimentarios de la selva» (Alfaguara) es una novela de ficción con 12 relatos. Cada uno se basa en sus vivencias de niño dentro de «La Portuguesa», la finca cafetalera que fundó su abuelo, un exiliado republicano catalán, en Veracruz, en el este de México.
En ese lugar de desbordante naturaleza, el escritor de 54 años pasó su primera década de vida, amenazado por las inclemencias y la dureza del trópico, aunque siempre arropado por el cobijo de sus padres.
En su opinión, «cuando la memoria se pierde, como está pasando con la memoria colectiva en España o México, la gente que dirigen (los gobernantes) se desorienta, no sabe a dónde va. Simplemente se proyecta hacia adelante».
«Es lo que está pasando ahora en México, donde hay una voluntad de cambiar las cosas, de llevar todo hacia adelante, pero si se revisa bien, no hay nada nuevo», consideró.
Soler abandonó el diseño industrial para dedicarse a contar historias. Hoy es una de las plumas más talentosas de México. Tiempo atrás fue la voz de dos emblemáticos programas de radio en su país, uno de música «underground» y otro de música «indie».
Vivió en Ciudad de México, Canadá e Irlanda, donde se desempeñó como diplomático. Forma parte de un grupo literario integrado por Pedro Zarraluki, Ignacio Martínez de Pisón y Juan Gabriel Vásquez.
En su novela más reciente la selva es el personaje principal. La describe como una fuerza que todo lo absorbe o lo pudre, un lugar donde se muere rápido o se pierde la inocencia y la niñez demasiado pronto.
«La violencia de la selva, de mi selva, es una violencia que pertenece al propio sistema de la naturaleza: al estar tremendamente viva necesita una cantidad enorme de muerte para sobrevivir. Ese es su contrapeso», dijo el autor de «La cantante descalza y otros casos oscuros del rock», «Bocafloja» y «La fiesta del oso».
«Usos rudimentarios de la selva» fue publicada a mediados de año en España y se presentará mañana en Ciudad de México dentro de la Feria Internacional del Libro de Zócalo.
Es la tercera vez que Soler se remonta a sus experiencias en «La Portuguesa» para hacer literatura. Antes lo hizo con «Los rojos de ultramar» y en «La última hora del último día».
«Los escritores estamos buscando continuamente esta fuente de inspiración y yo tengo esta fuente que es además mía. La infancia siempre es la fuente de la historia de nuestras vidas», afirmó.
Por Itzel Zúñiga (dpa)