Tel Aviv, 22 jul (dpa) – Israel rescató recientemente a 800 miembros de la organización humanitaria Cascos Blancos y sus familias de una zona de combate en el sur de Siria, informó hoy el Ejército israelí.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, explicó hoy que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, entre otros, le habían pedido que evacuara a los miembros de los Cascos Blancos.
«Son personas que han salvado vidas y ahora su vida está en peligro. Por esta razón he autorizado su traslado vía Israel a otros países como importante medida humanitaria», señaló Netanyahu en una declaración videograbada.
«Los civiles fueron llevados a un país vecino» de Israel, indicó a su vez el Ejército israelí, sin dar más detalles. Es la primera vez en los siete años de guerra civil siria que Israel permite a sirios huir de los combates a través de su territorio.
«El paso de los refugiados sirios por Israel es un gesto humanitario extraordinario», señaló el Ejército en un comunicado emitido en Tel Aviv. El portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Emmanual Nahshon, confirmó en Twitter que se trata de miembros de los Cascos Blancos.
Aunque las fuentes israelíes no informaron de cuántas personas se trataba, la agencia de noticias jordana Petra señaló que Jordania permitió la entrada al país de 800 personas. En los próximos tres meses seguirán viaje a Alemania, Reino Unido y Canadá, donde recibirán asilo. Los afectados trabajaban en la defensa civil y huyeron de zonas conquistadas por las tropas del Gobierno de Damasco.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, informó que Alemania acogerá a parte de los refugiados sirios. «Los Cascos Blancos han salvado a más de 100.000 personas desde que comenzó el conflicto sirio», dijo Maas al periódico alemán «Bild». Su labor merece admiración y todo el repeto y Alemania los ha apoyado «por convicción», explicó el ministro. Según el diario, serán unos 50 los que finalmente se queden en el país germano.
La ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, indicó que su país trabaja con Reino Unido y Alemania para «garantizar la seguridad de los Cascos Blancos y sus familias». «Sentimos una profunda responsabilidad moral hacia estas personas valientes y abnegadas», indicó en un comunicado.
El portavoz del Ministerio de Expatriados Extranjeros en Jordania, Mohammad al Kayed, dijo que el pedido fue aprobado por «razones humanitarias» y que los refugiados permanecerán en «un área restringida» durante su estancia hasta ser reasentados. «El paso de los ciudadanos sirios está organizado por la ONU, sin obligaciones para Jordania», añadió.
Creada en 2013 para hacer frente a la falta de servicios de emergencia en las zonas controladas por la oposición en Siria, la organización de voluntarios Cascos Blancos ha ayudado a rescatar a víctimas de edificios bombardeados y de incendios y a darles primeros auxilios.
También enseñaban a los civiles cómo refugiarse en caso de bombardeos y cómo reconstruir infraestructura dañada.
Las autoridades sirias y los medios oficiales han acusado reiteradamente a los Cascos Blancos de mentir sobre los ataques gubernamentales y de tener vínculos con los extremistas. El grupo lo niega y asegura que es neutral y que sus objetivos son humanitarios.
Los Cascos Blancos denunciaron la muerte de numerosos voluntarios mientras hacían su trabajo y en 2016 recibieron el premio Right Livelihood Award, conocido como el «Nobel Alternativo».
El Ejército sirio, apoyado por Rusia, inició una ofensiva en junio en el sur de Siria y avanzó en las últimas semanas tomando muchos pueblos. Numerosas personas huyeron a la zona fronteriza junto a los Altos del Golán, ocupados por Israel en 1967 y más tarde anexionados. Otros hueron a Jordania, país en el que viven ya 1,3 millones de desplazados por la guerra en Siria.
Israel se mantiene neutral en la guerra del país vecino, pero ha bombardeado objetivos, principalmente los suministros de armas a la milicia chiita Hizbolá, un grupo libanés aliado de Damasco y vinculado a Irán, el gran enemigo regional de Israel.
El Estado judío ha dado asistencia médica en los últimos años a miles de sirios heridos y enviado ayuda humanitaria, pero no está dispuesto a recibir refugiados.