Barcelona, 29 abr (dpa) – El español Rafael Nadal agrandó hoy su leyenda al conquistar su undécimo título en el torneo de tenis de Barcelona aplastando en la final al joven griego Stefanos Tsitsipas.
En una de las finales más cortas del torneo, el número uno del mundo se impuso por 6-2 y 6-1 a Tsitsipas para alargar su reinado en la arcilla del torneo organizado por su club.
El undécimo título del español en Barcelona llegó apenas una semana después de que Nadal levantara también su trofeo número once en Montecarlo, algo nunca antes conseguido por ningún tenista.
«Estoy muy contento porque lo que he hecho no es fácil. Pero creo que la gente lo reconoce ya y que quizá lo hará más en el futuro», afirmó el ganador de 10 Roland Garros, en la pequeña y abarrotada sala de prensa del Real Club de Tenis de Barcelona.
«Si yo lo he conseguido, otro puede hacerlo también, pero pienso que yo no lo veré», continuó un Nadal, consciente de lo extraordinario de sus logros.
Y es que las cifras del número uno del mundo son mareantes: en el Real Club de Tenis Barcelona, Nadal ganó las 11 finales que disputó y 58 de los 61 partidos que jugó desde que debutó en 2003.
El nuevo título en la capital catalana se une a los 76 que ya lucían en su currículo y supone el número 55 sobre arcilla.
Sin ceder un solo set en toda la semana, Nadal se exhibió en la final ante Tsitsipas con un gran tenis, muy seguro con su derecha y explotando las debilidades del joven griego, la revelación del torneo catalán.
Tsitsipas, que a lo largo de la semana se había convertido en la sensación al eliminar sucesivamente al francés Corentin Moutet, al argentino Diego Schwarman, la español Alberto Ramos, al belga Dominic Thiem y al español Pablo Carreño con un gran nivel de tenis, tuvo apenas un juego de gloria, el primero, que le ganó en blanco a Nadal.
«Yo había visto a Nadal por la tele, pero en la realidad no es lo mismo. El poder que tiene este hombre es increíble», señaló el joven heleno, tras recibir «una gran lección» del número uno del mundo.
«Contra él hay que tener mucha paciencia y yo me precipité demasiado. Él lo hizo todo bien y yo no sabía cómo jugarle, no tenía plan, me sentí desbordado. Nadal no me dio ni un poco de aire para respirar», reconoció Tsitsipas que, tras su gran semana en Barcelona, ascenderá al número 44 del ránking mundial.
«Esperaba estar un poco mejor hoy, pero reconozco que ante Nadal jugué no pensando en que jugaba contra un tenista normal sino contra una leyenda del tenis y esas cosas hay que olvidarlas cuando sales a la cancha. Intentaré hacerlo la próxima vez», concluyó el griego de 19 años, igualmente satisfecho por su actuación en todo el torneo.
Minutos más tarde, Nadal descartó que sus triunfos tengan que ver con el supuesto miedo escénico que sus rivales le tienen y los atribuyó a su juego, de nuevo en un gran nivel, según él mismo señaló.
«Miedo escénico no había en 2015, cuando ya había ganado ocho o nueve veces aquí, y tampoco ahora. Lo que sirve para ganar partidos y el respeto de los rivales es jugar bien, no el miedo escénico», afirmó el número uno del mundo.
«El miedo escénico es algo que tiene fecha de caducidad, en cualquier caso. Lo que no tiene fecha de caducidad es jugar bien y mi objetivo es seguir jugando a este nivel», agregó.
Hoy, en una final marcada en su inicio por el desapacible tiempo y por la lluvia, Nadal ganó su primer servicio, quebró el de su rival en el tercero y, a partir de entonces, puso la directa para conquistar la primera manga en 40 minutos.
Desbordado por los golpes del número uno, Tsitsipas intentó buscar las líneas, pero cometió numerosos errores no forzados y se mostró muy irregular con el revés, su golpe más vulnerable.
El segundo set, que duró apenas 38 minutos, fue incluso más fácil para un Nadal que ganó los cuatro primeros juegos de corrido para imponerse, finalmente, por un expeditivo 6-1.
«Tsitsipas es un jugador fantástico, que necesita proceso de maduración. Después del tercer juego, me ha dado cuenta de cómo podía hacerle daño, ha salido bien y luego él, ya más tenso, ha cometido más errores», resumió el tenista español su final más corta en el Torneo Conde de Godó, como se lo conoce popularmente.
Con sus títulos en Montecarlo y Barcelona y la solidez de su juego, el campeón de 16 Grand Slam envió un poderoso mensaje a sus rivales de cara a Roland Garros, su torneo fetiche.
Atrás quedaron las lesiones que lo obligaron a retirarse en los cuartos de Australia y a ausentarse en Acapulco, Indian Wells y Miami. Aunque aún no quiera hablar de ello, el español parece listo, de nuevo, para intentar la conquista de su undécimo trofeo en la arcilla de París.
«Estamos en una parte del año para no hacer muchos ‘resets’, sino para disfrutar de la competición, de las victorias y de jugar aquí, en mi casa. La próxima semana estaremos en Madrid, que también es jugar en casa», aseveró Nadal, satisfecho y sobrio.
«Después de Roland Garros y de Wimblendon ya pensaremos en los ‘resets'», concluyó.
Por Noelia Román (dpa)