Una investigación internacional llevada a cabo para extraer compuestos químicos y microfósiles incrustados en la placa dental de neandertales ha revelado la presencia de material no comestible, muy probablemente vinculado a usos extra-masticación de los dientes. El trabajo, en el que participa la Universidad de Oviedo, se ha llevado a cabo en los individuos de El Sidrón (Asturias), de 49.000 años de antigüedad.
Los hallazgos constituirían la primera evidencia física de restos de material no comestible hallado «en la boca» de un neandertal, según explican los investigadores en un artículo publicado en la revista Antiquity. Entre ellos destaca un pequeño resto de fibra de madera de conífera, hallada en un molar de uno de los individuos adultos. El resto no se presta a confusión con otras partes comestibles de las coníferas, por lo que su ingestión no estaría relacionada con la dieta, afirman en el artículo.
El hallazgo de este material, junto a compuestos químicos extraídos y el degaste y abrasión que presentan las piezas estudiadas, vendría a confirmar el uso de los dientes para actividades no relacionadas con la alimentación. Esto pone de relieve, según los investigadores, la necesidad de considerar una amplia gama de vías potenciales no relacionadas con la alimentación por las que este tipo de material puede haberse incrustado en el cálculo dental, lo cual es particularmente significativo cuando existen pruebas persistentes del uso no alimentario de los dientes, como es el caso de los neandertales.
Aunque los investigadores no pueden afirmar si el material hallado se utilizó para la higiene oral, fue consecuencia del uso de la boca como una tercera mano o si incluso pudo ser inhalado o ingerido accidentalmente, su presencia confirma que puede hallarse material no comestible en la placa dental.
El trabajo, en el que participa el profesor de la Universidad de Oviedo Marco de la Rasilla, ha sido dirigido por Karen Hardy, investigadora ICREA en el Departamento de Prehistoria de la UAB. Esta investigadora subraya que este estudio amplía la perspectiva de la información que se puede obtener de las poblaciones antiguas utilizando el cálculo dental humano como un medio para obtener información directa sobre la vida de nuestros parientes de homínidos más próximos.
En el estudio han participado también investigadores de la Universidad de Oviedo, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y la Universidad de York (Reino Unido).