Ludwigshafen/Berlín, 22 feb (dpa) – El grupo químico alemán BASF trabaja a ritmo acelerado junto con la industria en la elaboración de un documento para certificar la producción justa y sostenible de las baterías, informó hoy a dpa la compañía como miembro de la Global Battery Alliance (GBA).
La empresa anunció que habrá un boceto a finales de año, seguido de una primera versión en 2021.
«A finales de 2022, el certificado para las baterías deberá estar terminado con plena funcionalidad. El documento incluirá los datos sobre ciertos criterios, normas y valores umbral necesarios para emitir un ‘sello de calidad’ para baterías sostenibles».
El objetivo es asegurar que los consumidores al comprar, por ejemplo, coches eléctricos, puedan obtener en el futuro mucha más información sobre la fabricación de la batería y estar seguros de que no se recurrió a mano de obra infantil para la explotación de componentes importantes como el cobalto y que se observaron las normas de seguridad y salud.
Martin Brudermüller, presidente de la junta directiva de BASF, comentó que el certificado debe «hacer transparentes los criterios sociales, ecológicos y económicos».
«La cadena de valor añadido de las baterías ofrece grandes oportunidades para contribuir al desarrollo sostenible», agregó Brudermüller, que dirige la GBA junto con Benedikt Sobotka, jefe de la multinacional productora de materias primas Eurasian Resources Group, con sede en Luxemburgo.
En la GBA participan también empresas automotrices alemanas como Volkswagen y su filial Audi. Según esta última, el objetivo es «crear un sello de sostenibilidad integral e internacionalmente reconocido para las baterías».
Volkswagen y Audi se mostraron más cautelosos en cuanto al calendario. El proyecto «todavía está en la fase de concepción», subrayó un portavoz de Volkswagen. Audi parte de que se necesiten como mínimo tres años.
Según BASF, también participan en las consultaciones de GBA representantes de grupos de consumidores, organizaciones de la sociedad civil y diversos Gobiernos y se cuenta ya con un fuerte apoyo del sector político.
En el debate sobre el origen de los componentes de las baterías de iones de litio, la industria electrónica ocupó hasta ahora un primer plano, especialmente debido al auge de los teléfonos inteligentes.
Con la esperada expansión de los vehículos eléctricos con sus grandes baterías, el foco se está desplazando ahora a la industria automotriz.
Al mismo tiempo, también hay alternativas a algunas materias primas. Por ejemplo, según informes de prensa, Tesla está considerando la posibilidad de utilizar en parte baterías más baratas sin cobalto para la producción de su superventas Model 3 en China.