Miami, 11 sep (dpa) – El huracán «Florence» mantuvo hoy su camino hacia la costa este de Estados Unidos y se ubicó a 1.500 kilómetros de Cabo Fear, en Carolina del Norte, uno de los tres estados que, según los pronósticos, serán golpeados por el potente ciclón, que sigue dando lugar a miles de evacuaciones.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), con sede en Miami, indicó que «Florence» viaja por el océano Atlántico con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora y que se fortalecerá al final del día.
«Una de nuestras preocupaciones es que el huracán disminuya su velocidad de traslación», explicó a dpa la meteoróloga María Torres, al detallar que en ese caso «las consecuencias podrían ser mucho mayores».
El NHC prevé que «Florence», de categoría cuatro (en la escala máxima de cinco de Saffir-Simpson), genere tras su paso por Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia acumulaciones de agua de entre 38 y 76 centímetros y, por ende, traiga consigo inundaciones.
Además, se prevén marejadas ciclónicas (inundaciones costeras) con olas de hasta 3,6 metros de altura. «Los oleajes ya están afectando a las Bermudas y porciones de la costa estadounidense», detalló el NHC.
Las Carolinas y Virginia permanecen desde el domingo en estado de emergencia. El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, ordenó la evacuación de toda la zona costera, en donde vive por lo menos un millón de personas y el cierre desde hoy de escuelas y oficinas públicas.
En la costa ya comienzan a escasear el agua potable y los alimentos no perecederos. Además, las autoridades locales han reportado un incremento en el tráfico debido a las evacuaciones en la zona mayormente turística.
«Hay mucha movilización. Tenemos entre cuatro y seis veces más tráfico del habitual, pero necesitamos que todos lo hagan antes del viernes (cuando se presume que el huracán tocará tierra)», dijo a CNN la alcaldesa de Myrtle Beach, Brenda Bethune.
El Gobierno federal «comenzó a movilizar una respuesta coordinada», según indicó el presidente Donald Trump el lunes tras hablar sobre los posibles efectos del huracán con el vicepresidente, Mike Pence, y los jefes del Departamento de Seguridad y la Agencia Federal para el Manejo de las Emergencias.
Entretanto, «Isaac», otro huracán que viaja por el Atlántico pero hacia el Caribe, mantuvo una velocidad de 110 kilómetros por hora.
El Gobierno de Puerto Rico inició por lo tanto los preparativos para enfrentar el «peor de los escenarios» ante el previsible paso del huracán a unos 160 kilómetros al sur de la isla.
También permanece activo «Helene», un tercer huracán en el océano, que puso rumbo al noreste sin representar un peligro para alguna costa.
La actual temporada de huracanes, que comenzó en junio y terminará en noviembre, ha tenido además a «Gordon», «Ernesto», «Alberto», «Debby», «Beryl» y «Chris». Las dos últimas también fueron huracanes con vientos de más de 118 kilómetros por hora.
Los expertos pronosticaron para este año una temporada en el Atlántico de actividad casi normal con un total de nueve a 13 tormentas con nombre, mucho menor que la de 2017, que tuvo 18 tormentas identificadas y cuatro huracanes mayores, entre ellos los devastadores «Harvey», «Irma» y «María».