(dpa) – Los olores, ya sean de flores del campo recién cortadas o de almendras tostadas en una feria, evocan recuerdos y sentimientos. Las velas perfumadas, los sprays ambientales o los humidificadores eléctricos también pueden ayudar a reconstruir esos momentos.
«En países como Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos, los aromas en las habitaciones forman parte de la vida cotidiana desde hace mucho tiempo», señala Nicolette Naumann, directora de la feria de bienes de consumo Ambiente, que se celebra en la ciudad alemana de Fráncfort. En este país centroeuropeo, las fragancias para el hogar han ido ganando importancia con los años y esa tendencia se ha intensificado durante la pandemia de coronavirus.
Muchas personas buscan sentirse bien dentro de sus propias cuatro paredes. Otros esperan que los aceites esenciales les proporcionen relajación o una mejor concentración.
El biólogo y médico Hanns Hatt cree que ambas cosas son posibles. Según explica, las personas perciben un aroma a través de las células olfativas de la nariz, que están directamente conectadas con el cerebro y desencadenan las emociones.
El olor se queda almacenado en el centro de la memoria, así que cuando se da un paseo especialmente agradable por un campo repleto de flores, la próxima vez que esa persona huela un aroma a flores rememorará esa agradable sensación.
Además, hay otros sensores de aromas en el cuerpo. Con ellos no se huele, pero reaccionan a los olores. Según Hatt, esto explica por qué la lavanda puede tener un efecto calmante, no sólo al olerla, sino también al comerla.
El efecto de las fragancias en el cuerpo es el mismo para la mayoría de las personas, a diferencia del olor, que cada uno percibe de forma diferente, agrega el experto. Por eso los aromas ambientales que las personas asocian con algo positivo pueden tener sin duda alguna un efecto sobre su estado de ánimo, mejorándolo.
La experta Maria Kettenring está convencida de que ciertos aromas como el limón, la hierba limón, el mirto y el tomillo pueden purificar el aire de una habitación y crear así un mejor ambiente.
Al mismo tiempo, Kettenring, que ya ha escrito varios libros sobre el uso y los poderes curativos de los aceites esenciales, subraya la importancia de ventilar generosamente. «La base del uso de los aceites esenciales debe ser siempre el aire fresco», indica.
La Agencia de Medio Ambiente de Alemania y la Asociación Alemana de Alergia y Asma (DAAB), tienen una opinión más crítica.
Según señalan, el uso de fragancias adicionales puede contaminar la calidad del aire de las habitaciones. «Aunque huela mejor, la calidad del aire no es mejor», precisa Silvia Pleschka, química de la DAAB. Al contrario: «El aire viciado y contaminado está simplemente enmascarado», advierte.
«Aunque los efectos sobre la salud no aparezcan inmediatamente, las fragancias pueden ser acabar siendo una carga para los habitantes», añade Pleschka, ya que algunos ingredientes son alergénicos. Su uso frecuente puede provocar en algunos casos sensibilidad a la fragancia con el paso del tiempo, explica.
Esta intolerancia a las fragancias a menudo solo se manifiesta con signos leves, como dolores de cabeza, problemas circulatorios o sudoración, pero puede provocar inquietud, dolores de cabeza parecidos a las migrañas e incluso ataques de asma.
Los expertos coinciden en que la calidad de las fragancias que se emplean para ambientar habitaciones juega un papel importante. Las sintéticas suelen contener aditivos químicos y disolventes que pueden causar molestias al ser inhaladas, dice Hatt.
Las fragancias naturales de alta calidad suelen ser un poco más caras. Los fabricantes necesitan grandes cantidades de materias primas naturales para elaborarlas. Si no se está seguro, se puede pedir consejo en una farmacia o una tienda especializada en productos naturales, recomienda Kettenring.
Las personas que sospechan ser alérgicas deberían someterse a pruebas médicas y obtener un documento que registre las sustancias a las que tienen alergia. De este modo, antes de realizar una compra pueden cotejar los ingredientes con los datos del análisis de alergias. Las sustancias alergénicas en las fragancias deben estar detalladas en el envase, comenta Pleschka.
Kettenring aconseja utilizar solo aceites esenciales naturales, respetar las instrucciones del envase y prestar atención a las advertencias de uso. Por ejemplo, esos aceites no puede aplicarse sobre la piel sin haber sido diluidos.
El aroma que hace soñar a una persona es definitivamente una cuestión de gustos, aclara esta experta en fragancias. La naranja, la lavanda, el pino piñonero y el pomelo son algunos de los más populares.
Por Vera Kraft (dpa)