(dpa) – Millones de personas en todo el mundo sufren de hipertensión arterial, aunque muchas no lo saben. Lo bueno es que, una vez detectada, los afectados pueden hacer mucho para tenerla bien controlada y reducir así el riesgo de cardiopatías.
A continuación, algunos consejos de la Fundación Alemana del Corazón:
1. Seguir un estilo de vida saludable
Mucho ejercicio, dieta equilibrada, poca sal y nada de tabaco: un estilo de vida sano puede volver menos necesario recurrir a la medicación para controlar la hipertensión.
Algo que sirve -¡y mucho!- es el ejercicio, sobre todo los deportes de resistencia como el ciclismo, la marcha rápida o la natación, al menos tres veces por semana durante 30 a 45 minutos.
Vale exigirse en el ejercicio, aunque sin sobrecargar el sistema cardiovascular. Según la Fundación del Corazón, la regla de oro es «correr sin resoplar».
2. Controlar regularmente la presión sanguínea
Si se padece de hipertensión, conviene medirse la presión con regularidad, como por ejemplo durante una semana al mes. La mejor forma de saber qué procedimiento es el más adecuado es hablar con el médico.
Por cierto: cuando se mide la presión en casa, se tiene en cuenta un valor límite distinto al medido en la consulta del médico. Esto se debe a que muchas personas están nerviosas o agitadas allí, lo que hace que su presión arterial aumente. Así, mientras que en la consulta del médico el límite es 140/90, en casa es de 135/85. Conviene anotar siempre los valores medidos.
Por otra parte, es importante saber que, aunque uno se sienta bien como paciente hipertenso, conviene controlar los valores regularmente con el médico, por ejemplo cada seis meses.
3. No saltearse la medicación sin más
La medicación debe tomarse exactamente según lo prescrito por el médico, subraya la fundación germana. Esto significa que, aunque uno se sienta bien, no debe reducir la dosis, al menos no sin el consentimiento del médico.
Los especialistas señalan asimismo que si se toman inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA), sartanes o diuréticos, es importante controlar regularmente la función renal y los niveles de potasio, ya que estos medicamentos pueden dañar los riñones.
La Fundación del Corazón aconseja realizar este control antes de empezar la terapia, cuatro semanas después, a los tres meses, y luego cada seis meses.