(dpa) – En la protección climática se está gestando un cambio cultural, estimó el renombrado científico alemán Hans-Joachim Schellnhuber en un primer balance de la conferencia del clima de la ONU (COP23) de Bonn.
Según dijo en entrevista con dpa el director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, será muy importante aprovechar la tecnología existente pero también habrá que cambiar hábitos.
dpa: ¿Puede la humanidad alcanzar la meta de frenar el calentamiento del planeta en 1,5 o por lo menos por debajo de los dos grados cuando ya estamos en un grado?
Schellnhuber: El objetivo por debajo de los dos grados puede ser alcanzado probablemente en dos tercios o tres cuartos si echamos mano de todo lo que podemos hacer a nivel de tecnología y quizás también si reflexionamos sobre nuestros hábitos alimenticios.
La ciencia ha fijado las hojas de ruta: hay que reforzar las tendencias a las energías renovables y encarar los temas muy difíciles del transporte internacional y de la agricultura. Eso se puede hacer sin desarrollos milagrosos y sin captura de dióxido de carbono en el suelo. La meta de 1,5 grados podrá ser alcanzada pero primero probablemente nos pasemos y después reduzcamos las emisiones negativas, es decir, reteniendo algo de dióxido de carbono en el suelo.
dpa: ¿Qué significa el resultado de Bonn para la protección del clima?
Schellnhuber: Sabemos que hay que aumentar el nivel de ambición. Bonn contribuyó a desarrollar un sistema de reglas o parámetros para ver qué importancia real tienen las contribuciones nacionales.
dpa: ¿Nota Ud. ese ambiente de renovación del que hablan muchos de los participantes?
Schellnhuber: Por supuesto que tenemos que seguir desarrollando las medidas técnicas de protección climática, pero se está perfilando una especie de cambio cultural. Esto también puede tener que ver con los huracanes de este año y con el presidente estadounidense (Donald) Trump. Muchos sienten que tiene que ocurrir algo. Algunas de las acciones al margen de las negociaciones tenían el ambiente de una fiesta de cumpleaños infantil, algo que también es bonito.
En Bonn surgió un espíritu dentro y fuera de las salas de conferencia que dejará su impronta. El antiguo estilo tecnocrático de las negociaciones del clima ya no surte efecto. Este cambio cultural se está perfilando y los políticos se sienten entre conmovidos e incómodos, pero el genio de París y Bonn salió de la botella y ya no volverá a entrar.
dpa: ¿También vale esto para el mundo fuera de la conferencia?
Schellnhuber: La sociedad está muy movilizada por el tema de la protección climática. Mucha gente joven se involucra. Hasta en la televisión alemana, el ex actor y gobernador de California Arnold Schwarzenegger recibió un premio por su lucha a favor de la protección del medio ambiente y pronunció una poderosa alocución al respecto.
dpa: ¿Pero qué ocurre con la gente que va a perder el puesto de trabajo por la protección climática?
Schellnhuber: Según un estudio, en Alemania se crearán en 2018 unos 600.000 nuevos puestos. El lignito emplea en la actualidad a 20.000 personas. Habría que poner en marcha un buen plan de reconversión, indemnizar de forma adecuada a los trabajadores mayores y capacitar para otros trabajos a los jóvenes. Por supuesto que cada caso en particular es triste, pero muchas personas viven cambios abruptos y cambios de trabajo durante su vida. El gran elefante en el bazar del mercado laboral no es la protección climática, sino la digitalización.
dpa: ¿En qué ámbitos queda mucho por hacer?
Schellnhuber: El fin del carbón para generar energía es una tarea relativamente fácil en comparación con el tráfico. Va a ser mucho más difícil que la industria automotriz alemana siga siendo la número uno del mundo con nuevos motores de propulsión. El gran reto de la protección medioambiental es la velocidad. La naturaleza no negocia.
HANS-JOACHIM SCHELLNHUBER: El físico Hans Joachim Schellnhuber dirige el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y ha asesorado en muchos foros internacionales al Gobierno alemán. Científico de renombre internacional, es autor y editor de cerca de 350 artículos científicos y más de 60 libros sobre el impacto del cambio climático e investigación sobre desarrollo sostenible. Está casado y tiene una hija.
Por Simone Humml