Berlín, 20 dic (dpa) – Antes de que los comentaristas alemanes de fútbol hayan aprendido a pronunciar bien su nombre y sigan obstinados en llamarlo «Gardiola», Josep Guardiola dejará a fin de temporada el Bayern Múnich como uno de los técnicos de mayor éxito en la historia del gigante del fútbol alemán.
El español llegó a Múnich a mediados de 2013 para asumir la pesada herencia de Jupp Heynckes, que acababa de conquistar con los bávaros el triplete de Liga, Copa y Liga de Campeones.
Obsesivo, apasionado y perfeccionista, Guardiola se abocó de lleno a asumir el desafío. Prueba de ello fue que su primera rueda de prensa, la de presentación, fue en alemán, un idioma que estudió de forma acelerada durante el año sabático que se tomó en Nueva York tras conquistar 14 títulos con el Barcelona.
«Pep» ganó cinco títulos con el Bayern. En su primer año se alzó con el doblete de Liga y Copa. A su mando, el equipo marcó el récord histórico de quedarse con el título ya en la fecha 27. También se consagró campeón de la Super Copa de la UEFA contra el Chelsea en los penales y del Mundial de Clubes contra el Raja Casablanca.
Sin embargo, la Liga de Campeones de Europa le fue esquiva. Quedó fuera en semifinales ante el Real Madrid de su sucesor, Carlo Ancelotti, que le dio una lección de táctica antes de obtener la décima «Champions» para los blancos.
En su segunda temporada, Guardiola repitió el título en el campeonato alemán, pero volvió a fracasar en la «Champions», esta vez frente a su antiguo equipo, el Barcelona, también en las semifinales.
Ahora en su última campaña llegará la hora de la verdad y se verá si ingresará en los anales del Bayern como el segundo técnico que gana el triplete en una temporada.
Los bávaros son punteros en la Liga, en la que pueden hacer historia con el cuarto título seguido, y están en los cuartos de final de la Copa. En la Champions avanzaron a octavos como primeros de grupo.
Si Guardiola consigue la «Orejona» para el Bayern habrá más que colmado las expectativas de la dirigencia y la hinchada, que buscaban retenerlo más allá del contrato de tres años.
Pero en caso de no hacerlo quedará por detrás de Udo Lattek, que ganó seis Ligas, tres Copas y una Copa de Campeones de Europa (Liga de Campeones), de Ottmar Hitzfeld, quien conquistó cuatro Ligas, tres Copas y la Liga de Campeones, y de Jupp Heynckes, con un palmarés de tres Ligas, una Copa, tres Supercopas y una Champions.
Con su filosofía de posesión del balón, Guardiola dio alas a los bávaros en una Liga que sigue favoreciendo el contraataque y la rápida transición y los convirtió en uno de los mejores equipos del mundo.
Su relación con la poderosa dirigencia del club tuvo sus altibajos. El Bayern fichó por su expreso deseo a Thiago Alcántara, Xabi Alonso, Pepe Reina y Juan Bernat. Pero en su segunda campaña, este fanático del control tuvo que aprender que no podía decidir todas las transferencias en solitario.
Así, el club resolvió a través de su nuevo director técnico, Michael Reschke, contratar al brasileño Douglas Costa, al francés Kingsley Coman y al chileno Arturo Vidal, decisiones que Guardiola respaldó con una manifiesta tibieza.
También fueron de público conocimiento sus encontronazos con los médicos del club. Hace siete meses, el legendario médico del Bayern y de la selección alemana de fútbol Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt tiró la toalla por diferencias con Guardiola por una larga lesión del veterano francés Franck Ribéry.
Una nueva baja de Ribéry, que se sumó a las de otros jugadores enfrentaron ahora a Guardiola con el actual médico del Bayern, Volker Braun, señala el periódico deportivo «Kicker».
Guardiola despertó la admiración de la hinchada, pero nunca llegó al corazón de la afición. Su partida, sin embargo, es sentida como una gran pérdida en la Bundesliga. El catalán de 44 años fue una inmejorable tarjeta de presentación para el fútbol alemán, donde escasean las personalidades de lustre internacional.
Por María Laura Aráoz