Greenpeace se posiciona sobre el fin del diésel al advertir que la Comisión Europea podría anotarse un “autogol” si confirma la eliminación de la prohibición de vender coches nuevos de combustión en 2035

La organización ambiental Greenpeace apuntó este viernes que la Comisión Europea se anotará un “autogol” si el próximo martes confirma que elimina la prohibición de la venta de coches nuevos con motores de combustión (como diésel o gasolina) para 2035.
Esa fecha fue acordada hace dos años por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, pero podría eliminarse bajo la presión de Alemania y otros países, según Greenpeace.
La propuesta de la Comisión, prevista para el próximo martes, ya no especifica una fecha de transición fija. Para 2035, las emisiones de CO2 de los automóviles nuevos solo se reducirían en un 90%, en lugar del 100% original. Incluso en 2040, los nuevos motores de combustión seguirían estando permitidos.
Martin Kaiser, director ejecutivo de Greenpeace Alemania, consideró que esa decisión del Ejecutivo comunitario supondría “un autogol en materia de política industrial y un duro golpe para la protección del clima”.
“Con esta propuesta, la Comisión se está convirtiendo en la sepulturera de la industria automovilística local y de la protección climática europea», añadió, antes de subrayar que el Gobierno germano ha elegido “el lado equivocado de la historia industrial”.
“Ahora depende de los Estados miembros razonables detener esta postura populista y contraria al futuro en el Consejo”, recalcó Kaiser.
ESPAÑA
Por su parte, Cristina Arjona, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace España, recalcó que “los intereses a corto plazo de algunos lobbies no pueden echar por tierra años de acuerdos fundamentales”.
“El Gobierno de España, que ha apoyado con firmeza el fin del coche de combustión en 2035, debe mantenerse absolutamente firme y rechazar cualquier intento de suavizar o retrasar esta fecha en el próximo Consejo. Cualquier retroceso es inaceptable y una traición a las generaciones futuras”, destacó.
Arjona reclamó a España que “rechace cualquier retraso en la fecha y lidere la defensa del 2035 sin excepciones para garantizar una transición rápida hacia la movilidad de cero emisiones”.
“No solo para proteger la salud ciudadana y ser coherente con la lucha contra la emergencia climática, sino también para evitar el colapso de la propia industria automovilística europea, que por ganar unos años de beneficios se quedará sin la posibilidad de competir con los fabricantes asiáticos, como ya ha sucedido en otros sectores industriales”, justificó.
