(dpa) – Son muchos los que han fracasado en su intento de ofrecer un digno sucesor de una obra célebre. El videojuego de acción-aventura «God of War», lanzado en 2018, no solo fue para algunos críticos el videojuego del año, sino también uno que definió toda una generación de consolas. No es de extrañar que las expectativas depositadas en la secuela «God of War: Ragnarök» hayan sido enormes.
En esta, todo vuelve a girar en torno a Kratos y Atreus. En el pasado, y en la primera entrega de la franquicia, Kratos era un guerrero espartano que estuvo a punto de acabar con todo el Olimpo. Una vez cumplida su misión de venganza, se retiró al mundo de los dioses nórdicos y allí contrajo matrimonio con Faye. Con ella engendró un hijo, Atreus, a quien Kratos, en una mezcla de amor y menosprecio constante, llama simplemente «chico» (o «boy», en inglés).
En el juego de 2018, el octavo título de la serie, ambos se dirigen al punto más alto de Midgard para quemar las cenizas de la difunta Faye. Si bien con algunos desvíos, la misión resulta exitosa y contribuye a desenterrar algunos secretos sobre madre e hijo.
La presente secuela no continúa exactamente donde finalizó la entrega de 2018. Por lo tanto, quienes deseen realmente entender toda la historia, deberían haber jugado a la primera parte, pese a que al principio de Ragnarök se ofrece un breve resumen. En «God of War: Ragnarök», Atreus ya es un adolescente y, sin que su padre lo sepa, está lleno de inquietudes acerca de su origen y ascendencia.
Tras una breve introducción, el juego comienza con el primer encuentro de Kratos y Atreus con los grandes antagonistas de «Ragnarök»: Odín, el dios de todos los dioses, y su hijo Thor. En la entrega anterior, Kratos y Atreus ya se habían enfrentado a algunos miembros de los dioses nórdicos. «Creo que ahora todos sabemos mejor con quién estamos tratando», exclama Odín en el primer encuentro, ofreciendo paz: «¿Y si dejamos de matarnos los unos a los otros?»
Kratos se niega, con toda razón, lo que Thor interpreta directamente como una invitación a un primer y salvaje combate: una apertura brillante para una historia que conmueve y cautiva. La trama, en la que está en juego el destino del mundo, vuelve a girar en torno a la relación entre padre e hijo.
Como es típico en el género, «Ragnarök» incorpora y alterna los elementos clásicos de las aventuras de acción. Estos son, sobre todo: resolver puzles, luchar, continuar el viaje e intercalar diálogos y secuencias de vídeo.
Sin embargo, al igual que su predecesor, el actual título se mantiene sin fisuras en todo momento. Entre las secuencias no hay demoras en la carga de pantallas y todo se muestra desde el punto de vista de una única cámara, normalmente situada sobre el hombro de Kratos. La cámara prácticamente se convierte en un personaje por derecho propio, lo que vuelve a ser un logro impresionante de los desarrolladores. Las transiciones entre el juego y las secuencias de vídeo son tan fluidas que a veces el jugador sigue pulsando el mando mientras Kratos ya está siendo controlado por el juego.
Los combates tampoco han perdido calidad. En el caso de Kratos, ahora se puede elegir ya desde el principio entre dos armas: su hacha, una de las mejores armas de la historia de los videojuegos, o las «Cuchillas del Caos», unidas por cadenas a los antebrazos del héroe.
Ambas tienen ciertas ventajas y desventajas, por lo que el juego anima a cambiar entre las dos opciones. Las habilidades adicionales, que se pueden ir desbloqueando, generan una agradable profundidad que ofrece a los jugadores muchas formas de eliminar a los enemigos.
Los jugadores de PlayStation 5 también se beneficiarán de las características del control inalámbrico «Dual Sense». Los botones de disparo adaptables dan aún más potencia, sobre todo al hacha. «Ragnarök» es muy explícito. Kratos destroza cráneos, parte por la mitad los cuerpos de sus oponentes, la sangre brota sin fin. Definitivamente, el juego no es apto para menores.
Atreus no se queda atrás. Al principio asiste a su padre con su arco; más tarde se añaden otras habilidades. La mejora del equipamiento se lleva a cabo en varios menús, algunos de ellos algo confusos y sobrecargados. Aquí se pueden optimizar armas y armaduras con ayuda de distintos recursos de artesanía. Al mismo tiempo, se seleccionan habilidades, que a su vez pueden mejorarse a través de un sistema de runas.
Hay varios árboles de habilidades, que a su vez también se pueden revalorizar. Sin embargo, navegar por estos menús se hace un poco tedioso a la larga y resta protagonismo a la puesta en escena cinematográfica del juego.
Los acertijos son, por lo general, fáciles de resolver, aunque los compañeros de Kratos a veces se apresuran demasiado con una pista o incluso con toda la solución.
La duración del juego sigue siendo similar a la de su predecesor. Se tardan unas 30 horas en completar la historia principal y una o dos misiones secundarias. No todos los desvíos merecen la pena. Entre otras cosas, el estudio ha mejorado el número de combates contra líderes, un pilar importante en la primera serie de «God of War».
En la consola PS5 se pueden elegir entre varios modos gráficos, con los cuales se pueden mejorar ya sea la calidad de imagen o el rendimiento. En estos dos apartados, tanto la PS4 como la consola de última generación ofrecen niveles increíbles. Especialmente el vívido diseño de los diferentes mundos puede llegar a dejar a los jugadores boquiabiertos.
El título cuenta con amplios ajustes de accesibilidad, y cuenta con numerosas características que pueden configurarse para facilitar el acceso al mayor número posible de jugadores.
¿Es «God of War: Ragnarök» el digno sucesor que los fans han estado esperando? Para responder a esta pregunta, vale la siguiente comparación: el juego es como la tercera temporada de una serie de televisión muy buena. Los puntos fuertes están claros, los puntos débiles se han reducido en su mayoría, los personajes se sienten más cómodos en el papel que se les ha asignado. Quienes hayan disfrutado las dos primeras temporadas, sin duda quedarán satisfechos con esta última.
La secuela no ofrece muchas novedades, pero hace todo bien. Los elementos que hicieron que la primera parte pareciera tan revolucionaria siguen estando presentes e incluso han sido mejorados en detalles.
«God of War Ragnarök» salió a la venta el 9 de noviembre para PlayStation 4 y 5. El juego está aprobado para mayores de 18 años.
Por Benedikt Wenck (dpa)