Berlín, 10 feb (dpa) – El alcalde de Hamburgo, el socialdemócrata Olaf Scholz, que a todas luces se convertirá en el próximo ministro de Finanzas de Alemania, mantendrá la línea de austeridad que ha impulsado el país en los últimos años, según confesó en declaraciones que hoy publica el semanario «Der Spiegel».
«El Partido Socialdemócrata (SPD) está a favor de unas finanzas sólidas», señaló, dando a entender que seguirá evitando crear nuevas deudas y manteniendo el déficit cero logrado por Berlín desde 2014.
Con esta declaración de intenciones, Scholz cercena las esperanzas de quienes confiaban en que, con la cartera de Finanzas en manos del SPD, Berlín dejase atrás las políticas de consolidación fiscal y contención de gasto impulsadas en los últimos ocho años por el correligionario de Merkel y su mano derecha en la gestión de la crisis europea, Wolfgang Schäuble.
Scholz, no obstante, avanzó que se desmarcará de la estela dejada por su antecesor en política financiera europea. «No queremos dictarles a otros Estados europeos cómo deben progresar. En este sentido, se han cometido errores en el pasado», admitió.
El político también dijo que, debido a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) Alemania tendrá que aumentar sus contribuciones al presupuesto comunitario, aunque precisó que no sería el único país sobre el que recaerá dicha responsabilidad.
El nuevo Gobierno alemán, que previsiblemente estará integrado por una gran coalición entre los conservadores de Merkel y los socialdemócratas, tendrá un presupuesto de 1,4 billones de euros (1,7 billones de dólares) para los próximos cuatro años.
Una vez concluidas las negociaciones para formar Gobierno en Alemania, en las que se acordó adjudicar al SPD el Ministerio de Finanzas, numerosas voces de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la canciller mostraron públicamente su preocupación por que los socialdemócratas echaran a perder el legado de su predecesor Wolfgang Schäuble.
El veterano político goza de gran reputación como buen guardián de las finanzas desde 2014, cuando logró que el Estado alemán por primera vez en cuatro décadas lograse presentar el llamado «presupuesto de déficit cero», es decir, sin incurrir en nuevas deudas.