Ciudad de México (dpa) – Frida Kahlo es conocida como artista, amante transgresora, militante comunista, esposa del muralista Diego Rivera e ícono del feminismo, pero nadie la imaginaba con voz de locutora.
Por eso de inmediato saltó la duda cuando la Fonoteca Nacional de México, que conserva y cataloga piezas sonoras, anunció que había encontrado el primer audio con la probable voz de la pintora mexicana (1907-1954) y resultó demasiado perfecta.
«Claro que no es su voz», dijo uno de los ex discípulos de Kahlo del llamado grupo de «Los Fridos», Arturo Estrada Hernández. Tampoco la reconocieron otros, como la pintora Rina Lazo, una antigua colaboradora de Rivera (1886-1957).
La supuesta Frida recita, de manera melodiosa y bien modulada, para un programa de la radio XEW un texto sobre Rivera que ella misma escribió para el catálogo de una exposición de 1949.
«Siento que es mi voz», dijo después de escucharla la veterana actriz de radionovelas y doblaje Amparo Garrido, que trabajó en esa época en la estación de radio. Otros dijeron que podían ser intérpretes ya fallecidas como Evangelina Elizondo y Carmen Manzano.
Ahora se quiere hacer un estudio comparativo. El director de la Fonoteca, Pável Granados, dijo a dpa que, pese a todo, él no descarta por completo que sea Kahlo, pero que está en conversaciones con investigadores para hacer una comparación con figuras de la época.
«Tenemos entre 15 y 20 locutoras de los años 1950 que estuvieron cercanas al mundo radiofónico de entonces», dijo Granados. «En caso de que no sea ninguna de estas actrices, yo creo que quedará un poco más de tiempo abierta la duda».
La cinta está guardada en una bodega con control de temperatura y humedad en la sede de la Fonoteca, una casa de muros rojos del siglo XVIII en el barrio de Coyoacán de Ciudad de México. En las estanterías móviles hay cientos de miles de documentos sonoros que los empleados sólo pueden tocar con guantes.
Granados niega haberse precipitado al presentar el audio a la prensa el 12 de junio como la «probable voz de Frida» con la ministra de Cultura, Alejandra Frausto, sin tener la certeza.
En el programa en cuestión distintas personas hablan sobre Rivera y se escucha al muralista cantar en una fiesta, según describe Granados. Kahlo -o la supuesta Kahlo- lee un texto que retrata al muralista como «un niño grandote, inmenso, de cara amable y mirada triste».
La base principal para sostener que podría ser la voz de Kahlo es una frase que dice a continuación el conductor del programa, Álvaro Gálvez y Fuentes, un importante documentalista sonoro de esa época (1918-1975).
«Esta voz que ya no existe sino en la permanencia de sus palabras, la voz de Frida Kahlo, nos ha conducido a la niñez lejana del pintor», dice Gálvez, apodado «El Bachiller».
El programa piloto fue grabado entre 1955 y 1957. Para entonces Kahlo ya había muerto, pero según Granados la voz pudo tomarse de una grabación previa. El análisis del audio, ya digitalizado, sugiere que fue hecho fuera de estudio.
«Yo sé que se puede interpretar de muchas maneras, que puede ser una metáfora, pero también podría no serlo», indicó.
La caja con la cinta está hacia el fondo, en un estante alto de la bodega de la Fonoteca. Lleva el título «Perfil sonoro Diego Rivera» y una etiqueta de borde rojo donde se leen los nombres de Frida Kahlo y del pintor Dr. Atl.
Cuando murió en 1954, a los 47 años, Kahlo todavía no era famosa. Sólo había participado en algunas exposiciones, aunque ya desde entonces llamaba la atención con su personalidad y su manera de vestir.
La pintora tuvo una vida difícil. Sufrió poliomelitis de niña y un grave accidente de tránsito que le fracturó la columna en tres partes de adolescente en 1925. Las secuelas le duraron para siempre. Sufrió muchas operaciones y la amputación de una pierna por debajo de la rodilla.
Kahlo tuvo varios amoríos con hombres y mujeres, entre otros con el líder revolucionario ruso León Trotsky en su exilio mexicano, y una relación difícil con Rivera, del que se divorció para luego volverse a casar.
Su nombre se proyectó a partir de la década de 1970 impulsado por el movimiento feminista de Estados Unidos y por una biografía que publicó en 1983 la estadounidense Hayden Herrera.
Sea o no sea su voz, «espero que la discusión haya tumbado esa imagen de una Frida que era por necesidad hombruna porque al contrario, era una mujer muy femenina», afirmó Granados.
«Tuvo amores con mujeres y entonces se la presenta como masculina como un cliché», señaló. «Pero eso es una construcción cultural que nos hemos hecho. Las personas de la época han dicho que tenía una voz más bien aguda, cálida, cristalina, juvenil».
Granados confía en que ahora más personas aporten material para encontrar la voz de Kahlo antes de que sea demasiado tarde por el deterioro de las grabaciones.
En la Fonoteca hay 1.300 cintas y discos de la colección de «El Bachiller». Sólo se digitalizaron y analizaron entre 300 y 400. Las hijas del periodista guardan otros documentos que podrían añadir información, como los guiones y agendas de su padre.
«Esta cinta es una cinta de acetato. Estaba muy desgastada. Se tuvo que lubricar y tiene grado 1 de síndrome de vinagre, que les da fatalmente a las cintas», dijo Granados.
Para conservar y estudiar las demás grabaciones de esos años se necesita digitalizarlas cuanto antes. «Es una carrera contra el tiempo», explicó. «La voz de Frida es un fantasma al que perseguimos y no sabemos si lo tenemos en nuestra red atrapado».
Por Andrea Sosa Cabrios (dpa)