El FMI ha avisado a España de que la reducción de la jornada laboral que prevé el Gobierno ha tenido un “efecto ambiguo sobre el desempleo” e “impactos adversos sobre la producción y el crecimiento de los salarios” en otros países donde ya se ha aplicado.

Por esta razón, el organismo recomendó “diseñar cuidadosamente” este cambio que el Ejecutivo quiere introducir en el Estatuto de los Trabajadores, al pasar de las 40 horas semanales como máximo legal a 37,5 horas a la semana este año.
En las conclusiones de la misión oficial en España, que se lleva a cabo en la mayoría de los países miembros, en el marco del Artículo IV del convenio consultivo del FMI, la institución señaló que su entrada en vigor “elevaría el aumento acumulado del salario mínimo desde 2018 a más del 70%, lo que comenzaría a generar inquietud sobre los posibles impactos adversos en los grupos desfavorecidos”.
Además, insistió en que esta reforma debería preservar “el importante papel de la negociación colectiva” para tener en cuenta la heterogeneidad intersectorial, sobre todo en lo que se refiere a la distribución del total de las horas trabajadas a lo largo del año y la fijación del nivel y la remuneración de las horas extraordinarias.
APOYO A LAS EMPRESAS
Por otro lado, el FMI recalcó la importancia de apoyar a las empresas españolas para que aumenten su tamaño, además de fortalecer el ecosistema de innovación. Ambas medidas ayudarían a incrementar el crecimiento de la productividad.
En su misión, el FMI encontró que las grandes empresas españolas están rezagadas con respecto a sus homólogas europeas más dinámicas en I+D e innovación. Además, las empresas nuevas de alto crecimiento son menos numerosas y tienen dificultades para aumentar su tamaño.
Junto con el incremento del gasto en I+D para 2030, el organismo propuso facilitar el aumento del tamaño de las empresas a través de la iniciativa Régimen 20 del Gobierno, dirigida a armonizar y simplificar las cargas regulatorias y administrativas; ampliar la financiación de las empresas nuevas e innovadoras; y fortalecer el sistema universitario para promover la innovación, con una mayor autonomía en la contratación, la promoción y la remuneración de los profesores, y haciendo que los planes de estudio respondan mejor a las demandas del mercado laboral.
POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO
El FMI puntualizó que España necesita elevar su baja tasa de empleo y mejorar su productividad para conseguir la convergencia del ingreso per cápita con el de otras economías avanzadas de ingreso alto. El lastre de la economía española sigue siendo sus niveles de empleo y su déficit de productividad, “tan amplio como a principios de la década de 2000”, a pesar de ser una de las economías que más crece.
Para atajar el desempleo de forma duradera, el FMI consideró “fundamental” seguir reforzando las políticas activas de empleo (PAE) y los incentivos financieros para los solicitantes de empleo.
Entre sus propuestas, aboga por ampliar la reforma del subsidio por desempleo y reforzar los requisitos de activación a los beneficiarios. En concreto, el FMI recomienda permitir una combinación de los ingresos del trabajo con la percepción de prestaciones durante un período más largo, sin descartar, en última instancia una sustitución de las prestaciones no contributivas por un crédito fiscal integrado asociado al empleo.
“Ha demostrado tener éxito en países similares a la hora de aumentar las tasas de empleo”, recalcó la misión del FMI.
Por otro lado, el organismo señaló que la eficacia de las PAE mejoraría si se diera mayor importancia a la mejora de la colocación laboral cuando se distribuyen los fondos a las oficinas regionales del Servicio Público de Empleo.
Para ello, también sería necesario un aumento del presupuesto de las PAE, “que sigue estando muy por debajo del de países europeos exitosos en este campo”. Junto con los recursos económicos, las oficinas regionales también requieren de una mayor dotación de personal, digitalización y mayor colaboración con el sector privado.