Guadalajara (México), 28 nov (dpa) – La escritora mexicana Fernanda Melchor señaló que su principal interés para escribir es el presente, que no tiene miedo de abordar, y que siempre está buscando entender qué está pasando en el mundo.
«No siento ningún compromiso por hablar del presente, me es inevitable. Me interesa el presente, no me da ningún miedo abordarlo, parte del porqué escribo es para entender lo que está pasando, yo siempre trato de entender: soy hija del presente», declaró Melchor en una entrevista con dpa.
La mexicana de 36 años presenta este miércoles en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el libro «Aquí no es Miami», una compilación de crónicas que se reeditan en Penguin Random House tras ser publicados por primera vez en 2013 por el sello editorial independiente «Almadía».
«Cualquier presente es interesante, siempre estamos pensando que el mundo se va a acabar. A todos nos ha tocado un fin del mundo, a nosotros varios: en el 2000, en el 2012… Siempre estamos viviendo el peor momento posible y la gente está más loca que nunca, pero si comparamos lo que sucede ahora con la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, hoy estamos mejor, a pesar de los desaparecidos en México», añadió Melchor.
dpa : ¿Las crónicas de «Aquí no es Miami» son periodísticas o pertenecen a la ficción?
Melchor: Fueron textos creados para presentarse como periodismo, están hechos con técnicas periodísticas, pero la escritura es distinta, más literaria. Ya existe el periodismo tradicional de datos duros, yo lo que quise hacer fue otra cosa: quise tomar esos datos y volverlos más «suaves», que parecieran cuentos.
Siento que lo que a veces llamamos crónica en la actualidad es simplemente un reportaje con adjetivos. Los anglosajones tienen una gran tradición de «no ficción», como ellos lo llaman, y la gente que lo hace no necesariamente es periodista. Aquí en México, para ser cronista tienes que ser periodista, no hay otra manera de estar legitimado.
dpa : ¿Las buenas críticas que han recibido sus últimos dos libros («Aquí no es Miami» y la novela «Temporada de Huracanes», de 2017) le han afectado a la hora de escribir?
Melchor : Fue muy complicado, sí. Yo admiro muchísimo al director de cine David Lynch, que es un tipazo, tan inspirador. Estaba leyendo su libro de memorias («Room to Dream», 2018) donde dice que dejó de leer las reseñas porque las buenas nunca son tan buenas como uno quisiera y las malas te deprimen. Pero yo no me aguanto, casi siempre las leo y le va bien a mis libros y pasé por un periodo donde decía «ahora qué sigue». «Temporada de Huracanes» está siendo traducido a siete idiomas y pienso si al siguiente también le irá tan bien.
Pero no puedes quedarte en eso, porque te vuelves loca, te olvidas que todo se trata de escribir lo que quieres escribir, enamorarte de un proyecto, llegar hasta sus últimas consecuencias, y empiezas a pensar en darle gusto a la gente y en cosas inútiles. Ahora lo que hago es escribir y no preocuparme por lo que sigue para publicar, quiero contar historias y buscar lo próximo de lo que me voy a enamorar.
dpa : Hablando de Lynch, ¿hay algo de sus películas, sobre todo la forma de contar la violencia, que se parece a sus textos?
Melchor : Sí, sin dudas. Hay algo de «Twin Peaks», de «Mullholland Drive», de «Blue Velvet», esas escenas raras, hay mucho de él, lo admiro muchísimo, a nivel visual me parece genial, ojalá Lynch me comprara los derechos para hacer una película, pero dijo que ya no hará más películas.
dpa : ¿Cree que su escritura está influenciada por el lugar donde nació?
Melchor : Por supuesto. Incluso el día y la hora en la que naces influyen en lo que escribes. Yo le debo muchísimo de la manera en la que escribo al puerto de Veracruz, por haber convivido de chica con gente para la que contar historias es tan importante. Todo es muy oral, todo tiene que ver con el ingenio «en caliente» (inmediato), con la broma, con el «albur» (doble sentido), y muy poco con el archivo, con dejar las cosas para la posteridad. Es una cultura donde lo vivo aparece mucho más que lo conservable.
dpa : Sus textos, precisamente, tienen una cualidad oral.
Melchor : Sí, sobre todo «Temporada de Huracanes», es una oralidad exacerbada. Yo quería una novela que fuera una especie de homenaje a todas esas mujeres que yo escuchaba de chica contando historias. Siempre cuento que uno de los momentos más felices y emocionantes de mi vida era cuando de chica me hacía la dormida para que mis tías contaran chismes (chimentos, rumores), a mí me gustaban esas historias, me gustan las que tienen que ver con lo que nos hace humanos, para bien o para mal, me gustan las historias de amor, de pasión, de celos, de venganza, de crimen.
Tenía la intención de que mi novela fuera contada con una serie de voces que rodean un crimen, que no saben qué paso pero inventan, que constantemente están hablando de rumores y cómo esos rumores se ven aclarando cada vez más conforme cambiamos de personajes, cada uno le da otra cara a las cosas, quería que el lector pasara esta experiencia, que se fueran aclarando las cosas o al contrario, revolviéndose en su cabeza.
dpa : ¿Está de acuerdo en que la literatura sea en parte matar a sus propios ídolos? ¿A quién mataría?
Melchor : A todos (risas). No, ya en serio, ahora que lo pienso, la literatura se trata de tener la soberbia suficiente para creer que vas a corregir a autores que admiras mucho. Siempre pienso en Stephen King, leía sus novelas y decía «qué tontería, esto está muy mal escrito», pero las seguía leyendo, me encantaba, es un escritor que ejerce una influencia muy grande en mí.
En el fondo, todos los escritores estamos tratando de corregir los errores de los escritores que más amamos, y pienso en King, en Cormac McCarthy, en William Faulkner, y en Juan Rulfo. Bueno, aquí en Guadalajara no puedes decir que puedes corregir a Rulfo, pero en nuestras cabecitas enfermas de escritores es lo que intentas.
FERNANDA MELCHOR (Veracruz, 1982), es una escritora y periodista que fue nombrada en el Hay Festival de 2014 junto a otros 19 escritores como «una de las nuevas voces mexicanas cuya obra destaca por su calidad y potencial, una muestra del diverso y vibrante panorama de la literatura mexicana actual», de acuerdo con un jurado compuesto por las escritoras Guadalupe Nettel, Cristina Rivera Garza y Juan Villoro.
Por Manuel González Vargas (dpa)