Bonn (Alemania), 10 oct (dpa) – ¿Los alemanes siempre temen lo peor? ¿Tienden a tener ataques de pánico? Una exposición en el museo de historia de Bonn, en el oeste de Alemania, examina el fenómeno del «miedo alemán» y pone en perspectiva parte del debate actual.
«German Angst» (miedo alemán) es un término muy usado en el extranjero. Una nueva muestra, que podrá visitarse a partir de este miércoles, busca ahora llegar al fondo de este fenómeno que durante décadas ha afectado a los habitantes de la mayor economía de Europa.
El «German Angst» se remonta a la traumática primera mitad del siglo XX. Primero la Primera Guerra Mundial, después la gran inflación, que destruyó los ahorros de los alemanes hasta 1923, y finalmente la época nazi, el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial. Estos desastres llevaron a una pronunciada necesidad de seguridad.
El famoso «lo vamos a lograr» de la canciller Angela Merkel en plena crisis de refugiados en 2015 suena por los altavoces de Bonn, a la vez que se muestra un modelo de una caravana del carnaval de Düsseldorf en la que se puede ver a la mandataria siendo arrastrada por una «ola de refugiados».
Si hay algo que la exposición deja claro es que muchas cosas llevan tiempo infringiendo temor a los alemanes. «El miedo se ha apoderado de los alemanes, el miedo a los extranjeros», escribió una revista después de un fuerte aumento en el número de refugiados que llegaban al país, no en 2015 cuando llegaron casi un millón de solicitantes de asilo a Alemania, sino en 1992, cuando mucha gente huyó de la guerra civil en la antigua Yugoslavia.
Cabezas calvas con códigos de barras impresos: así advertía una foto en 1983, cuando la computadora acababa de aparecer. Al mismo tiempo, la idea de que se fuera a acabar con todas las zonas forestales a gran escala asustó al público alemán. «Casi todas las semanas hay un informe sobre el bosque moribundo, cada semana la misma frustración, cada semana el enorme miedo», se quejó un lector de la revista alemana «Stern», en 1985. «¿Vale la pena traer hijos a este mundo?», se preguntaba.
Los medios de comunicación también ocupan un gran espacio en la exposición y no salen bien parados. Echando la vista hacia atrás, queda claro que alimentaban oleadas de miedo con demasiada frecuencia en lugar de objetivar el debate con hechos.
Hans Walter Hütter, presidente de la Fundación «Haus der Geschichte» (Museo de Historia), cree que las redes sociales actuales refuerzan aún más estas olas de miedo. Al mismo tiempo, los ataques de miedo duran cada vez menos: «La próxima semana será diferente otra vez», agrega.