Berlín, 9 dic (dpa) – La presidenta del consejo de expertos económicos que asesora al Gobierno alemán, Monika Schnitzer, reconoció que es posible que tenga que volver a suspenderse en 2024 la norma del límite máximo de endeudamiento que rige en el país.
En declaraciones que publica hoy el periódico «Rheinische Post», Schnitzer pide que, debido a los problemas presupuestarios del Gobierno federal, se revise si el llamado «freno de la deuda» puede suspenderse de nuevo, como ya ocurrió en los últimos años.
Es necesario estudiar detenidamente si esto puede justificarse, añadió la economista. «Los efectos de las crisis siguen repercutiendo y para superarlos es necesario invertir en una ampliación más rápida de las infraestructuras energéticas», subrayó la presidenta del consejo conocido como el «Consejo de Sabios».
También se pronunció a favor de anular «la subvención al gasóleo perjudicial para el clima», es decir, la ventaja fiscal para el diésel.
Schnitzer hizo un llamamiento a los socios de la coalición de Gobierno para que se comprometan y actúen con rapidez. «Es importante una pronta solución política para reducir la incertidumbre en la economía y entre la población», advirtió.
El canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, el ministro de Economía, el verde Robert Habeck, y el ministro de Finanzas, el liberal Christian Linder, luchan desde hace días por encontrar la forma de tapar un agujero financiero de 17.000 millones de euros en el presupuesto de 2024.
El economista Achim Truger, también miembro del consejo de asesores, expresó opiniones similares a las de Schnitzer. Asimismo en «Rheinische Post», abogó por suspender de nuevo el freno de la deuda.
«El uso de la regla de exención está justificado desde el punto de vista económico, ya que la economía sigue viéndose gravemente afectada por la crisis energética y el presupuesto federal por las ayudas a Ucrania y los costes de los refugiados», argumentó Truger.
Los recortes son el camino equivocado, consideró. «La economía está al borde del colapso, lo que podría ser la gota que colme el vaso y destruya la recuperación», advirtió Truger. También se pronunció a favor del desmantelamiento del privilegio del diésel y de un «impuesto climático temporal para las rentas altas».
Por su parte, el director del Instituto Ifo, Clemens Fuest, aconsejó en el diario que, por un lado, el precio del CO2 en el transporte se eleve más rápido de lo previsto.
Y, «por el lado de los gastos, podrían recortarse las ayudas financieras a la rehabilitación de edificios y a las fábricas de chips», sugirió Fuest.
El conocido como freno de la deuda está anclado en la Ley Fundamental (Constitución) y limita la capacidad estatal de endeudamiento al 0,35 por ciento del producto interno bruto (PIB), salvo situaciones de emergencia.
El requisito previo para dejarlo sin efecto es que el Bundestag (Parlamento) declare una situación de emergencia y suspenda así la medida, lo que ya ocurrió los últimos años primero por la crisis del coronavirus y luego por el impacto de la guerra de Ucrania.