Stuttgart, 2 abr (dpa) – En 1974 no había llegado el tiempo aún para semejantes innovaciones: el velocímetro del futurista Citroën CX con su formato de tambor rotando frente a una lupa no fue aceptado por el consumidor. La marca francesa decidió retirarlo del tablero de instrumentos de ese modelo en 1985, para volver al tradicional reloj circular con aguja. Opel hizo un intento similar al equipar en 1985 al Kadett GSi con un velocímetro digital, pero a comienzos de los 90 también abandonó.
Recién ahora, con los veloces monitores LCD, los displays con una amplia gama de indicadores de datos se imponen en los autos de clase superior y comienzan a incorporarse también a los más accesibles. Ya no se trata sólo de la velocidad, las revoluciones por minuto o el kilometraje recorrido. Los paneles digitales informan también sobre el estado del tiempo, el tránsito y el consumo de combustible, aportan música y sirven para la comunicación telefónica.
«Los indicadores digitales ofrecen mayor seguridad en la conducción de automóviles, dado que los seres humanos incorporamos el 90 por ciento de la información sensorial a través de la vista», dice Sajjad Khan, vicepresidente de Digital Vehicle & Mobility en Daimler.
La automotriz alemana prescinde en sus nuevos Mercedes Clase A totalmente del instrumental analógico. Los conductores verán dos monitores contiguos de siete pulgadas. En forma opcional se pueden colocar uno o dos monitores de diez pulgadas.
Daimler optó por un procesador rápido, otorgando así relevancia no sólo al tamaño de la pantalla y a las diferentes alternativas de configuración, sino ante todo a la velocidad de reacción. «Ningún usuario quiere estar esperando varios segundos a tener una respuesta, tiene que ocurrir en tiempo real», señala Khan. Esto vale tanto para el reconocimiento táctil como para la respuesta a órdenes verbales. El sistema se actualiza regularmente mediante upgrades automáticos.
No existe aún demasiada experiencia sobre la reacción de los conductores a la posibilidad del reconocimiento de voz. Por eso se podrá controlar el sistema en los Mercedes también desde el volante, en el monitor o mediante un panel táctil en la consola central. «Pero el uso de los sistemas por voz se está haciendo más usual y terminará imponiéndose», asegura Khan. El sistema Mercedes-Benz User Experience (MBUX) se activa pronunciando «Hey Mercedes» y se instruye mediante diálogo libre, en forma similar al Siri de Apple, el Alexa de Amazon o Google Home.
Proveedores de la industria automotriz como Continental, Bosch, Faurecia, Valeo o ZF desarrollan sus propios sistemas. Bosch desarrolla dos cabinas digitales, que se controlan por contacto táctil o por voz. La pantalla da respuestas táctiles, elementos 3D en el margen de la misma permiten se pueden desplazar como control deslizante, de modo que no hacen falta botones. Continental ofrecerá en un futuro próximo sistemas de pantalla táctil con deformación tridimensional.
ZF planea con su Concept 2020 una cabina digital con muy pocos botones de comando. Un monitor de 12 pantallas ofrece toda la información necesaria. Un programa de autodiagnóstico exhibe mediante una gráfica 3D los defectos que puede tener el auto. Una imagen de pantalla similar a la del horizonte artificial de los aviones resume el estado de todos los sistemas de asistencia de manejo. Las instrucciones podrán ser dadas incluso en la fabricación en serie tanto de forma manual como por voz.
Dieter Nazareth, decano de la facultad de Informática de la Universidad Tecnológica de Landshut, en Alemania, cree que en el futuro predominará la conducción por voz en el auto, al modo de Siri y Alexa. «La tendencia es esa, en consonancia con el tipo de comunicación primaria del ser humano», dice el experto en software automotor. Nazareth considera incomprensible que los autos modernos continúen teniendo un instrumental clásico con agujas mecánicas. «Las pantallas son más flexibles y permiten desplegar mayor cantidad de información», destaca. Sobre todo si se pueden incorporar de gran tamaño a las cabinas y si se puede actualizar fácilmente su software.
Nazareth estima que el uso de los comandos por voz no terminarán de reemplazar a las pantallas táctiles, sino que ambos sistemas convivirán combinados. Algunos valores continuos como las revoluciones del motor y la velocidad requieren de una representación visual. «Ningún conductor querrá recibir esta información de modo verbal ininterrumpidamente», concede Nazareth. Pero en casos de hielo sobre el asfalto o escasez de combustible se resolverán de modo más rápido y sencillo mediante instrucciones orales.
La gran incógnita es si los automovilistas se acostumbrarán a esta novedad. No sea que la tecnología se vuelva a adelantar a su tiempo, tal como ocurrió con el velocímetro de tambor rotativo del Citroën CX hace unos 40 años.
Por Fabian Hoberg (dpa)