Dublín, 21 may (dpa) – Con la impresionante racha de 51 invictos en el haber, el Bayer Leverkusen alemán viaja para dirimir en Dublín la final de la Europa League con el Atalanta de Bérgamo.
«Las finales están para ganarlas», afirmó pletórico de confianza el centrocampista Granit Xhaka. Y el goleador Patrik Schick explicó: «Podemos crear algo que los aficionados de todo el mundo recuerden para siempre».
Preguntado sobre si el campeón alemán es actualmente el mejor equipo del mundo, Schick se mostró más cauto. «Es difícil decirlo cuando no estás jugando en la Liga de Campeones», respondió el checo entre risas: «Así que esperemos al año que viene. Pero yo diría que somos el equipo que está más en forma de Europa».
Los germanos son naturalmente también favoritos en la final de Dublín. «No hemos perdido en 51 partidos. Así que adelante, llámenos favoritos», dijo Schick: «Estamos en un buen momento. Pero es una final, eso es algo especial».
Schick destacó que el Atalanta también es muy fuerte. «Pero ellos también tienen en la cabeza que vamos a este partido con 51 partidos sin perder».
Según el director deportivo Simon Rolfes, el Leverkusen afronta el partido «con una buena mezcla de tensión y relajación»: «Hemos conseguido el objetivo más importante, el trofeo de campeón (alemán). Ahora podemos darlo todo. El objetivo es ganar las dos finales», dijo respecto a la Europa League y la Copa Alemana.
La noticia más importante de hoy antes de la partida rumbo a Irlanda fue que el internacional Florian Wirtz, que acaba de ser nombrado «mejor jugador de la temporada en la Bundesliga», podrá formar parte de la alineación inicial.
«Estará en plena forma», aseguró Rolfes: «Y además lo necesitamos. Es alguien que marca la diferencia, que inspira a todo el mundo. Incluso a los aficionados neutrales». Wirtz sufrió un golpe en el muslo en el partido contra el Borussia Dortmund del 21 de abril que lo ha limitado desde entonces.
El Leverkusen recibió alrededor de 12.000 entradas para la tercera final europea del club, tras ganar la Copa de la UEFA en 1988 y perder la Liga de Campeones en 2002.
Muchos hinchas viajarán directamente a la final de la Copa Alemana, el sábado en Berlín, donde podrán asistir casi el doble de aficionados. En caso de que el Leverkusen gane la final y juegue también la Supercopa de Europa contra el Borussia Dortmund o el Real Madrid, el premio total en metálico podría superar los 40 millones de euros (43,5 millones de dólares).
En las rondas previas, el Leverkusen demostró sobre todo moral y capacidad de reacción, marcando cuatro goles en el tiempo añadido de los cuatro partidos de cuartos de final y semifinales. Tres de ellos obra de Schick.
«Si eso volviera a ocurrir en la final, sería por supuesto algo muy especial», dijo el goleador: «Pero no queremos esperar hasta el tiempo añadido. Queremos resolverlo antes».
Sobre todo contra este Atalanta, destacó. «En la Bundesliga, los rivales a veces quedan extenuados después de 80 minutos por nuestra forma de jugar. Pero eso seguro que no les pasará a ellos».
La tenacidad de los italianos es lo que más respeto inspira al Leverkusen. Sobre todo, como dijo Daniele De Rossi, entrenador de la Roma, tras la derrota en semifinales contra el Leverkusen: «Si hay un equipo que puede hacerle sombra al Leverkusen en cuanto a físico, estructura y actitud, ese es el Atalanta de Gasperini».
Schick, que hace años jugó con la Roma contra el Atalanta de Gian Piero Gasperini, recuerda: «Siguen teniendo el mismo entrenador que entonces. Juegan uno contra uno por todo el campo y no te dejan espacio para respirar».
Para Xabi Alonso, entrenador del Leverkusen, los lombardos son también «uno de los rivales más duros de Europa. Tienen una gran mentalidad y un entrenador que sabe lo que quiere».
Alonso también ha visto vídeos de los octavos de final de 2022, en los que los de Bérgamo ganaron dos veces al Leverkusen que entrenaba su predecesor, Gerardo Seoane.
«Tienen el mismo entrenador, muchos jugadores de entonces y a Mitch Bakker, que jugó con nosotros el año pasado», comentó Alonso: «Es un rival que conocemos bien. Nada nuevo. Pero ahora somos un equipo diferente».
El jugador ofensivo Amine Adli también recuerda vívidamente los dos partidos de marzo de 2022: «Fueron dos de los partidos más duros que he vivido», dijo el francés: «Son muy buenos. Corren mucho, son muy buenos tácticamente. Pero nosotros también somos muy fuertes este año. Y es difícil jugar contra nosotros».
La final es también una gran oportunidad para el Leverkusen. «Es una final europea. Y eso se nota en toda la atención de los últimos días», declaró Rolfes a la agencia dpa. «El campeonato era el sueño del club y por eso es algo muy especial. Pero una final europea también es algo muy grande».
Por Holger Schmidt (dpa)