Fráncfort, 8 jun (dpa) – Las previsiones son complicadas, sobre todo cuando a los economistas les gusta el fútbol, como les ocurrió a los expertos del banco Dekabank, que admiten que «hicieron la primera predicción errónea mucho antes del comienzo» de la Eurocopa 2024.
En su análisis de la Eurocopa, que se celebra del 14 de junio al 14 de julio en Alemania, los economistas de Dekabank pronosticaron que la selección alemana sería dirigida por Hansi Flick.
«Bueno, el actual seleccionador se llama Julian Nagelsmann, pero también fue entrenador del Bayern poco antes de asumir el cargo. Así que, después de todo, no estábamos tan desencaminados», se excusaron.
El equipo dirigido por el economista jefe de Deka, Ulrich Kater, calculó las posibilidades del equipo de Nagelsmann con meticulosidad y dio como resultado una mala noticia. Tanto el hombre (el experto) como la máquina (modelo estadístico) coinciden: Francia es la favorita.
Los aficionados tienen grandes esperanzas de que Alemania, espoleada por jugar en casa, rinda mejor tras los decepcionantes torneos anteriores. Tanto en el Mundial de 2018 como en el de 2022, la selcción fue eliminada en la fase de grupos. En la Eurocopa 2021, llegó hasta octavos de final.
En un sondeo de Kantar para el banco ING, el 19 por ciento de los 1.001 encuestados cree que Alemania puede ganar el título.
Sin embargo, las estadísticas no causan euforia desde la perspectiva alemana: el portal «fussballmathe.de» calcula el rendimiento de las selecciones en función de diversos parámetros (valor de mercado de jugadores y equipos, clasificaciones, resultados históricos).
Según sus cálculos, Alemania tiene una probabilidad del 3,95 por ciento de proclamarse campeona de Europa, frente a España (15,98 %), Inglaterra (18,17 %) o Francia (20,28 %).
«Observando el fútbol alemán y la situación de la economía alemana, es fácil decir que antes todo iba mejor», afirma Kater.
Desde la pandemia de coronavirus y la guerra de Ucrania, la economía alemana ha estado prácticamente en modo de crisis permanente. La mayor economía de Europa volvió a ser calificada como el «enfermo de Europa». La producción económica alemana se contrajo en 2023 y Alemania se situó a la cola de la eurozona en términos económicos.
En cuanto a los datos económicos concretos, el Instituto de Economía Alemana (IW) de Colonia, cercano al empresariado, no se muestra muy esperanzado: «La experiencia del Mundial de 2006 demuestra que los grandes acontecimientos deportivos no son fuegos artificiales económicos», afirma Michael Grömling, experto económico del IW.
«Muchos consumidores aprovecharán la Eurocopa para comprar un televisor nuevo, invitar a la gente a ver un partido o a beber una cerveza más mientras animan al equipo. Pero recortarán gastos en otras cosas: un puesto de salchichas en lugar de un restaurante, televisión en lugar de ir al cine. Como resultado, el gasto de los consumidores no aumenta necesariamente, sino que se desplaza».
Según la encuesta de ING, los casi 6.580 aficionados al fútbol encuestados de los países que participan en la Eurocopa tienen intención de gastar una media de 23 euros (24,85 dólares) en artículos promocionales como camisetas, pósters y gorras. Los encuestados alemanes se sitúan justo por encima de la media, con 24 euros.
Oliver Holtemöller, vicepresidente del Instituto Leibniz de Investigación Económica de Halle (IWH), declaró al diario «Handelsblatt»: «No cabe esperar efectos macroeconómicos relevantes de la Eurocopa de fútbol».
El IWH espera unos 650.000 turistas extranjeros por el torneo. Sin embargo, muchos otros no acudirán por lo caro que resulta el alojamiento. Según la IWH, tampoco es probable que los visitantes nacionales impulsen la economía: «No gastan necesariamente más, sino que recortan otros gastos, por ejemplo para pagar las entradas».
Para la economía, al menos hay efectos psicológicos, como señala el IWH: «Un gran acontecimiento deportivo puede mejorar el ánimo y la imagen del país anfitrión».
El economista jefe de ING, Carsten Brzeski, subraya: «Aunque no exista una correlación directa, cabe esperar que una buena actuación del equipo levante el ánimo en Alemania. Sin embargo, el deporte preferido por los alemanes no puede provocar un repunte económico sostenible. Para eso hacen falta reformas e inversiones».
¿Y desde el punto de vista deportivo? Los economistas del Deutsche Bank, utilizando una combinación de «modelos propios de última generación con una fuerte superposición discrecional de expertos futbolísticos experimentados», parten de la base de que Alemania «como mínimo llegará a la final y encantará a los espectadores y al público con un elegante fútbol de ataque».
Sin embargo, a la vista de los datos económicos concretos, este análisis también está dominado por el escepticismo: «Por precaución, sin embargo, aún no hemos incluido esta predicción en nuestras previsiones de crecimiento del consumo en verano».
Por su parte, los economistas de Dekabank dicen que han basado su previsión en «las tecnologías de comunicación más avanzadas, como la videoconferencia, el correo electrónico y la votación a mano alzada»: casi 50 años después de la final del Mundial de 1974, la selección alemana conseguiría una segunda «final en casa», pero esta vez en Berlín. «Sería estupendo», afirman.
Por Jörn Bender (dpa)