Gütersloh (Alemania), 17 mar (dpa) – Las mujeres en Alemania ganan a lo largo de toda su vida laboral solo la mitad de lo que ganan los hombres, según los resultados de un estudio realizado por el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) y la Universidad Libre de Berlín hechos públicos hoy.
En el oeste de Alemania, un empleo remunerado proporciona a lo largo de toda la vida unos ingresos medios de 830.000 euros (917.000 dólares) a las mujeres, mientras que para los hombres es de alrededor de un millón y medio de euros, revela el estudio patrocinado por la Fundación Bertelsmann con motivo del «Día Internacional de la Igualdad Salarial», que se celebra hoy.
En el este de Alemania, el estudio estima que las mujeres ganan unos 660.000 euros y los hombres algo menos de 1,1 millones de euros a lo largo de su vida laboral.
Tener niños es uno de los motivos que provocan una reducción de los ingresos a lo largo de los años laborales, y es lo que más claramente sucede en el caso de las trabajadoras que deciden ser madres.
El estudio recalca que este hecho no se da «prácticamente nunca» en el caso de los padres, algo que se explica por el hecho de que son principalmente las madres quienes se toman los permisos por maternidad en el mercado laboral.
El trabajo a tiempo parcial es la «forma de empleo dominante» entre las mujeres de entre 30 y 50 años, la principal edad laboral. Las madres que actualmente están en la mitad de la treintena pueden llegar a ganar 580.000 euros (en los estados federados del oeste alemán) y 570.000 euros (en los del este) a lo largo de su vida laboral.
Sin embargo, el estudio muestra que no hay diferencias significativas entre las madres más jóvenes y los grupos de mayor edad, pero en el caso de las mujeres sin hijos, los ingresos se acercan más a los de los hombres.
La frecuentemente mencionada diferencia en los salarios brutos por hora (Gender Pay Gap o brecha salarial de género), que en 2019 situó los ingresos de las mujeres de media un 20 por ciento por debajo de los de los hombres, se queda corta, según la Fundación Bertelsmann.
Este argumento está basado en que en la contabilización solo se tiene en cuenta a los trabajadores que estaban activos en el mercado laboral en cada periodo estudiado, por lo que la brecha a lo largo de toda la vida laboral queda oculta.
En el estudio se calcularon los ingresos tomando como vida laboral el periodo comprendido entre los 20 y los 60 años de edad, antes de impuestos y contribuciones sociales y sin contabilizar las prestaciones recibidas por el cuidado de padres o por paternidad.