(dpa) – Ya sea un coche dirigido por control remoto, un reloj inteligente o un robot aspirador: todos los juguetes o dispositivos que estén conectados a la red y equipados con una cámara o un micrófono pueden invadir la privacidad de sus usuarios o de las personas en las inmediaciones.
La agencia alemana reguladora de las telecomunicaciones advierte que, antes de comprar estos aparatos, hay que leer atentamente las descripciones de los productos y las normas de protección de datos.
En determinadas circunstancias, hay dispositivos que incluso son ilegales, por ejemplo, aquellos que pueden utilizarse para grabar y transmitir de forma inalámbrica conversaciones o imágenes sin consentimiento efectivo o control alguno.
También son muy peligrosos los aparatos que son especialmente adecuados o incluso están destinados a realizar grabaciones inadvertidas. Tampoco está permitido su uso si se puede acceder al dispositivo de forma remota, por ejemplo, a través de una aplicación, para espiar u observar a alguien de forma desapercibida.
Entre los ejemplos de dispositivos prohibidos se encuentran los relojes inteligentes con funciones de escucha. Los consumidores deberán mostrarse escépticos si estos se ofrecen con funciones como «vigilancia por voz», «monitor de bebés» o «conversación unidireccional» que van más allá de una función de teléfono normal.
Esto se debe a que es probable que el micrófono o la cámara del smartwatch puedan ser activados a distancia por medio de una aplicación o un comando de texto por SMS sin que el portador del reloj o terceras personas que se encuentren cerca puedan percibirlo.
Los robots aspiradores con cámara y/o micrófono también pueden representar un peligro si están en condiciones de transmitir secretamente imágenes o audio de forma inalámbrica al móvil del propietario. El factor decisivo en este caso es si existen indicaciones acústicas o visuales que hagan que una grabación sea reconocible para terceros.
Los juguetes también pueden verse afectados: las muñecas, los robots o los coches teledirigidos que se controlan a través de una aplicación y están equipados con cámaras o micrófonos posiblemente ocultos también suelen entrar en la categoría de prohibidos. En particular, la agencia alemana advierte de aquellos juguetes que se conectan a Internet.
Especialmente sospechosos son aquellos productos que parecen objetos cotidianos y pueden grabar y transmitir imágenes y sonidos de forma inadvertida. Según la agencia reguladora alemana, los dispensadores de aromas y las cajas de pañuelos de papel han llamado recientemente la atención en esta categoría.
Muy dudoso es asimismo el uso de los llamados rastreadores, que detectan una localización por satélite (GPS) o por teléfono móvil (GSM) para vigilar coches, bicicletas, animales u otros objetos. A menudo, estos no son más grandes que una caja de cerillas. En algunos países, estos rastreadores están prohibidos si pueden activarse, sin que sean percibidos, a través de una aplicación o un comando de texto por SMS.