Madrid, 15 oct (dpa) – El Gobierno español rebajó una décima sus previsiones de crecimiento hasta un 2,6 por ciento este año y un 2,3 por ciento el próximo, según datos difundidos durante la presentación del borrador de los presupuestos enviados hoy a Bruselas.
La corrección en el cuadro macroeconómico de la cuarta economía del euro coincide con la rebaja de previsiones anunciada recientemente tanto por el Fondo Monetario Internacional (2,7 y 2,2 por ciento para 2018 y 2019) como por el Banco de España (2,6 y 2,2).
El Gobierno mantiene en cambio las previsiones de desempleo previstas con una tasa del 15,5 por ciento para este año y del 13,8 para 2019.
«Nuestro cuadro macro está regido por el principio de prudencia de las previsiones», consideró la ministra de Economía, Nadia Calviño, durante la presentación. «El borrador de plan presupuestario es responsable y realista. Además, se ajusta a los compromisos que ha adquirido España con los socios europeos».
El Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez celebró hoy un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar el plan de cuentas públicas acordado el viernes con el partido de izquierda Podemos, que incluye importantes cambios de corte progresista.
Entre las principales medidas destacan un aumento del salario mínimo interprofesional de 735 a 900 euros mensuales, la equiparación de permisos de maternidad y paternidad, límites a «subidas abusivas» del precio del alquiler o aumentos en las ayudas a personas dependientes.
El dinero para esas nuevas partidas saldrá sobre todo de aumentos de impuestos a las rentas más altas y al patrimonio. El déficit se mantiene en un 1,8 por ciento, aseguró hoy la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Calviño concluyó elogiando las cuentas: «Creemos con convicción y con pasión que nuestro plan presupuestario está alineado con las exigencias del plan de estabilidad. Y además es el plan adecuado para nuestro país, porque no pone en peligro la creación de empleo».
Tras su aprobación por el gabinete, el borrador de presupuestos fue enviado a la Comisión Europea, que debe dar su aprobación a las cuentas. Pero el verdadero reto para el Gobierno socialista será sumar los apoyos necesarios para aprobar el plan en el Congreso.
Tanto el conservador Partido Popular (PP) como el liberal Ciudadanos criticaron con dureza las cuentas por considerar que crean las condiciones para desatar una nueva crisis en España y que las subidas de impuestos castigan también a la clase media.
Solo los 84 diputados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y los 67 de Podemos respaldan por el momento las cuentas. El Gobierno necesitará por eso sumar a otros partidos, incluyendo los independentistas catalanes, que condicionan su apoyo a que Sánchez abra la puerta a un referéndum de independencia en la región.