Berlín, 23 dic (dpa) – La Federación de la Industria Alemana (BDI) se mostró hoy escéptica ante los planes del Gobierno de adelantar a 2030 la eliminación progresiva del uso del carbón para general electricidad, frente al objetivo para 2038 fijado por la normativa actual.
Según el presidente de la BDI, Siegfried Russwurm, hasta ahora el ministro de Energía y Protección del Clima, Robert Habeck, no adoptó ninguna estrategia para fomentar la inversión en nuevas centrales eléctricas de gas.
«Es muy preocupante que podamos llegar a una situación en la que las centrales de carbón tengan que funcionar durante más tiempo porque no hay otras capacidades de reserva suficientes», señaló Russwurm.
El Gobierno tiene como meta que en 2030 el 80 por ciento de la electricidad proceda de fuentes renovables, sobre todo eólica y solar. La cuota actual es algo superior al 50 por ciento.
El empresariado lleva tiempo esperando que Habeck dé a conocer una estrategia, que debería haber sido presentada en el verano europeo.
En principio, nuevas centrales de gas tendrían que actuar como reserva cuando las energías renovables sean insuficientes para cubrir la demanda de electricidad debido a la escasez de viento o sol.
Para su funcionamiento, las centrales utilizarían en una primera etapa gas natural y después hidrógeno verde. Pero las empresas energéticas evitaron invertir en ellas hasta ahora porque las nuevas centrales de momento no son rentables.
Habeck anunció ayudas estatales por valor de miles de millones de euros, entre ellas un sistema de incentivos que recompense a los operadores de las centrales por mantener capacidad de reserva.
Pero el Gobierno se enfrenta a problemas presupuestarios tras una reciente sentencia del Tribunal Constitucional, que bloqueó la reasignación de fondos no utilizados para hacer frente a la pandemia de coronavirus en otros proyectos, entre ellos medioambientales y energéticos.