(dpa) – El conflicto entre israelíes y palestinos se ha cobrado ya este año más víctimas que todas las acumuladas en sus décadas de historia. Israel vivió el 7 de octubre la peor masacre de judíos desde el Holocausto y, según la autoridad sanitaria de Hamás, más de 18.000 palestinos han muerto hasta ahora en la consiguiente guerra en la Franja de Gaza.
Esto es, con diferencia, más que en todas las guerras anteriores del conflicto. Ante este catastrófico estallido de violencia y el indescriptible sufrimiento, vuelven a salir a la palestra los llamamientos a una solución pacífica del conflicto.
El modelo que vuelve a plantearse es la llamada solución de los dos Estados. Se refiere a un Estado palestino independiente que conviva pacíficamente con Israel.
El canciller alemán, Olaf Scholz, volvió a referirse a este acuerdo recientemente y expresó su esperanza de que, tras una victoria sobre el terrorista Hamás, las posibilidades de coexistencia pacífica entre ambos Estados puedan ser más realistas que en los últimos años.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también escribió en un artículo de opinión en el «Washington Post»: «Esto está claro: una solución de dos Estados es la única manera de garantizar la seguridad a largo plazo tanto del pueblo israelí como del palestino». «La crisis lo ha hecho más urgente que nunca», añadió.
Siempre ha habido intensos esfuerzos por alcanzar un acuerdo pacífico entre Israel y los palestinos, especialmente por parte de Estados Unidos. Presidentes estadounidenses como George W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama, e incluso Donald Trump, los impulsaron, pero finalmente no lograron encontrar un compromiso duradero.
Echando la vista atrás, Clinton dijo que realmente se había «dejado la vida» intentando ayudar a los palestinos a conseguir su propio Estado. «Tenía un acuerdo que rechazaron», dijo en 2016. «Les habría dado toda la Franja de Gaza, entre el 96 y el 97 por ciento de Cisjordania con compensación de tierras en Israel», detalló.
La última oferta conocida hecha al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, provino del entonces primer ministro israelí Ehud Olmert en 2008. Según los medios de comunicación, también ofreció a Abbas la práctica totalidad de Cisjordania, así como los barrios árabes de Jerusalén Este y el casco antiguo bajo control internacional.
Abbas dijo después que Olmert le había instado a firmar sin darle el mapa mostrado para que lo examinara más detenidamente. Poco después, Olmert se vio obligado a dimitir por acusaciones de corrupción.
En última instancia, las negociaciones fracasaron porque ambas partes fueron incapaces de llegar a un acuerdo sobre los puntos conflictivos: la futura frontera, la cuestión de los refugiados palestinos, el estatuto de Jerusalén, los asentamientos y el reparto de los recursos, especialmente el agua.
La firma de los Acuerdos de Paz de Oslo en 1993 se consideró el momento más esperanzador para los esfuerzos de paz. La declaración conjunta de principios condujo a la creación de la Autoridad Palestina, como responsable de atender a la población de las zonas que administra.
Sin embargo, en un principio este acuerdo solo estaba previsto para un periodo de cinco años y las esperanzas a largo plazo de un Estado independiente para los palestinos siguen sin cumplirse a día de hoy.
No ha habido negociaciones serias entre Israel y los palestinos desde 2014. El apoyo a una solución de dos Estados disminuyó entonces, en ambos lados.
Biden aboga ahora por que una Autoridad Palestina «revitalizada» retome el control de la Franja de Gaza tras la guerra actual. Hamás los había expulsado de allí por la fuerza en 2007. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lo rechaza con vehemencia.
En su forma actual, argumenta, la Autoridad Palestina no está en condiciones de asumir el control de la Franja de Gaza.
Sin embargo, en vista del colosal fracaso del 7 de octubre, no es seguro que Netanyahu pueda seguir siendo jefe de Gobierno después de la guerra.
Según los últimos sondeos, el partido de Benny Gantz, ministro en el gabinete de guerra, sería actualmente el más fuerte con diferencia por delante del Likud de Netanyahu. El año pasado, Gantz se pronunció a favor de una «entidad» palestina independiente, pero no de un Estado completo.
Por Sara Lemel (dpa)