(dpa) – Jefa de equipo, jefa de departamento, management. Por lo general, en los trabajos solamente hay un solo rumbo: hacia arriba. Pero, ¿es posible elegir y tomar el camino inverso?
No para todos vale la pena el ascenso constante en el empleo. Por eso, algunos optan de forma voluntaria por trabajar menos, a sabiendas de que también se reduce el salario. Esto se denomina «downshifting» y puede implicar, por ejemplo, desistir de un cargo directivo o pasarse de tiempo completo a parcial.
Por lo general, una decisión de este tipo es considerada más bien como algo extraño. Porque con ella pierden valor los estudios, la capacitación, las cualificaciones, los certificados y todo lo que se logró en el trabajo con tiempo y esfuerzo, según explica Julia Gruhlich de la Universidad alemana de Paderborn.
EL «DOWNSHIFTING» DEPENDE DE LAS CONDICIONES LABORALES
¿Por qué un empleado o empleada llega a tomar esta decisión? Gruhlich, socióloga del trabajo, formuló esta pregunta y, en el marco de un estudio cualitativo en profundidad, llevó a cabo 23 entrevistas abiertas con personas que decidieron reducir su carga laboral de distintas maneras.
«Como socióloga del trabajo, me interesaba sobre todo si esto tiene que ver con las condiciones laborales o con qué», apunta la profesional.
En las respuestas a estas preguntas abiertas, todos los consultados sacaron a relucir por su cuenta las condiciones laborales. «El cambio en la forma de trabajo es el principal detonante», afirma Gruhlich.
«Resultan problemáticas la densificación del trabajo, es decir, la elevada carga de trabajo, la disolución de los límites con la vida privada y la flexibilización, como así también la creciente economización y alienación del trabajo», especifica la experta.
La socióloga del trabajo divisó tres motivos principales por los que los empleados y empleadas realmente prefieren dar marcha atrás en su carrera:
– Compatibilidad: las y los trabajadores se pasan a tiempo parcial o directamente abandonan su trabajo para disponer de más tiempo para su familia.
– Autocuidado: las y los trabajadores permanecen en su empleo, pero optan por reducirlo a causa de enfermedades vinculadas con el estrés o el «burnout».
– Búsqueda de sentido: algunos buscan aún una profesión adecuada y otros ya no pueden hacer su trabajo como les parece correcto, por ejemplo porque los aspectos económicos son más relevantes para los empleadores. Según Gruhlich, esto se aplica entre otros a los trabajos vinculados al sector de la salud y la asistencia a enfermos.
PÉRDIDA DE INGRESO Y MENOS OPCIONES DE CARRERA
Más momentos para la familia y de tiempo libre, menos estrés, así como hacerse espacio para los intereses y proyectos propios, es algo que muchos esperan lograr con estas marchas atrás profesionales.
Pero: ¿con qué adversidades hay que contar si se quitan las gafas que hacen ver las cosas de color de rosa? «Masivamente se trata sobre todo de la pérdida de ingresos», apunta el autor y experto en el mundo laboral Jochen Mai.
Además, se reducen las opciones de carrera. «Quien baja la marcha, no suele ser elegido para los ascensos», advierte Mai, asimismo fundador de la plataforma Karrierebibel (Biblia para la carrera).
Básicamente, un paso de estas características debería consensuarse bien. «El jefe debe estar de acuerdo», manifiesta Mai. «El contrato de trabajo tiene aún validez. En líneas generales, se negocia una modificación del contrato, y ambos deben estar de acuerdo», agrega.
Distinto es el caso cuandose trata de un autodespido: «Esta es una decisión unilateral y no requiere de la autorización del jefe», subraya Mai. No obstante, incluso en tal caso es importante retirarse en buenas condiciones.
«DOWNSHIFTING»: REACCIÓN A UN PROBLEMA ESTRUCTURAL
La socióloga del trabajo Gruhlich habló nuevamente con sus 23 entrevistados y entrevistadas en diferentes momentos después del «downshifting». «Todos estaban aliviados», resume. «Tienen nuevamente la sensación de que recuperaron el poder de actuar».
Gruhlich relata que las reacciones frente al «downshifting» fueron muy divergentes: algunos experimentaron admiración por parte de su entorno, mientras que en otros casos las reacciones fueron menos positivas. «Mis interlocutores e interlocutoras se vieron enfrentados a incomprensión e incluso en parte a desprecio», detalla.
La socióloga subraya: «‘Downshifting’ no es solamente una decisión orientada a lo económico. Muchas veces tiene que ver con una sensación de tensión y sufrimiento, especialmente debido a la transformación del trabajo. Y estas personas encuentran soluciones individuales para un problema que en realidad es estructural».
Por Elena Zelle (dpa)