Tras el nombre de JB Paradox, se esconde un chico de 34 años al que le apasionan el rock internacional, los videojuegos y la ciencia ficción en todas sus expresiones. Tal es su dedicación a este ecléctico género que, después de tener un extraño sueño, supo que debía utilizar esas imágenes oníricas para construir una novela. Así, desde esa realidad que se esconde en el subconsciente, JB Paradox dio forma y vida a Equilibrista universal, su ópera primera.
«Gracias la existencia de Kepler, un planeta donde todo es novedoso, la humanidad ha logrado sobrevivir a la destrucción de la Tierra. Para su sorpresa, en este inexplorado planeta, los humanos se encuentran con un peligro que nunca imaginaron. En el nuevo mundo, los sueños, las pesadillas y la realidad se mezclan, se alteran y se confunden; muchas veces, con consecuencias mortales. Un grupo de los primeros humanos en keplerizar obtiene gracias a esto visiones que serán la clave para dilucidar la posible solución al problema. Sin embargo, descubrirán que el asunto es increíblemente más aterrador. Un desajuste universal se prepara para destruir todo lo que existe y solo hay una forma de evitarlo: encontrar y entrenar a los aspirantes a equilibrista universal para que estos puedan dominar el poder absoluto de los sueños conscientes y acabar por completo con el amenazante caos.»
Con este interesantísimo planteamiento, JB Paradox promete altas dosis de acción y un viaje hacia universos infinitos que ponen a prueba a los personajes y desafían al lector a acompañarles más allá de los límites de la imaginación. Desde los primeros capítulos, se produce una atracción con la descripción del planeta Kepler y su primera ciudad humana: Sky. Aquí la arquitectura es vanguardista y dista enormemente de la conocida en la Tierra; los humanos parecen haber aprendido de sus errores (eso sí, al límite de la extinción) y por fin respetan el medioambiente, llevan un modo de vida sostenible, ecologista y libre de radicalismos. Kepler es un mundo complejo con su cultura, su sistema, sus especies, su tiempo (con evocaciones a películas como Interstellar), sus unidades de medida y sus reglas, esas directrices que deben definirse y quedar claras desde el inicio para que nada enturbie el desarrollo de la historia.
«Esa noche me despertó ese sueño exactamente a las tres de la mañana, tomé mi celular y anoté todo lo que había soñado porque sabía que, si no lo hacía, a la mañana siguiente no recordaría nada. Al día siguiente, cuando leí lo que había anotado, me di cuenta de que nada tenía sentido, pero me sirvió para recordar la base de lo que es hoy mi primera novela. Con bastantes modificaciones, obviamente, pero la idea de obtener poderes gracias a la lectura de libros astrales se originó de manera onírica justamente.»
Con las cartas sobre la mesa, los lectores conocen a los cinco aspirantes que deberán luchar por convertirse en el equilibrista que devuelva el orden al universo. Aunque esta no será la única prueba que deban superar, ya que los protagonistas también tendrán que enfrentarse a una guerra encarnizada por su propio equilibrio. La introducción del plano onírico en la realidad, este caos en el multiverso va a llevar a los cinco hasta la frontera de su cordura y van a tener que hacer una verdadera prueba de supervivencia interior. Cada nuevo paso que dan hacia su objetivo es un salto que el lector da hacia el centro de un tornado de sensaciones y percepciones tan nuevas y mágicas que se queda atrapado en su espiral, sacudido por el vendaval de una narración absorbente y un ritmo frenético.
«He leído y visto una cantidad importante de libros y películas de ciencia ficción, y creo que tengo la capacidad de obtener ideas nuevas de casi cualquier cosa. Desde joven, he escrito pequeñeces sin importancia, pero que de alguna manera me sirvieron para no perder el ritmo. La tinta estuvo cargada siempre. Solo hacía falta una razón válida para gastarla.»
Aunque Equilibrista universal es mucho más que una travesía hasta el etéreo infinito. Se trata de una novela futurista, pero tremendamente contemporánea por los temas que trata, ya que, detrás de su compleja historia, se halla una crítica de matiz político, ecologista y religioso. En el capítulo introductorio, se describe que solo un ínfimo número de políticos tienen los conocimientos necesarios para hacer justicia a su cargo. ‘La nueva humanidad’ se está despojando de los cargos nombrados a dedo, del dinero negro y, en definitiva, del sistema podrido y corrupto que existe en la actualidad. Además, el lector sabe que una de las principales razones que han llevado a la humanidad a buscar nuevos planetas en los que vivir son el abuso y la sobreexplotación del entorno, acciones que determinarán la dieta vegana de los keplerianos. Sin olvidar que el nuevo orden prohíbe cualquier alusión a la religión, usada como arma en vez de como cultura en estos tiempos de fundamentalismo y terrorismo.
«Lo interesante y más atractivo de la raza humana, según mi punto de vista, es que somos nuestros propios creadores y verdugos. Tenemos un potencial enorme tanto para recrearnos a nuestro placer mental o físicamente como también para hacernos desaparecer con un simple chasquido de dedos. A veces, ese poder me da esperanzas; otras veces, miedo.»
JB Paradox ya está inmerso en la precuela y la secuela de esta novela, cuya publicación se espera para el 2018. Solo el autor sabe quién será o si habrá un equilibrista universal, pero sí hay una cosa indiscutible: los viajes por el universo son adictivos.