Solemos referirnos mayormente a la salud física, a una buena alimentación, a ejercicios frecuentes, cuidados corporales, para señalar que debemos mantener cierta disciplina física para tener una buena calidad de vida y vivir más años. Nadie puede dudar de que esto es cierto y debemos seguir los consejos que los profesionales nos ofrezcan, pero en muy pocas ocasiones, o al menos en una menor proporción, hacemos esfuerzos para tener una buena salud mental.
No debemos olvidar que vivimos en una sociedad muy estresante y al igual que salimos a correr al parque para mantener fuerte nuestro corazón, pulmones y músculos, también deberíamos realizar alguna serie de ejercicios mentales para mantener a nuestras neuronas en buen estado. Leer, escribir, meditar… son algunas de las actividades que deberíamos adoptar como algo natural para mantener a nuestro cerebro en condiciones saludables.
Al igual que el deportista recurre al entrenador para mejorar su condición física, acude al terapeuta si tiene dolores musculares, también y en la misma medida de importancia, debemos acudir a un psicólogo en aquellos casos en que se sufra de ansiedad, estrés, fobias, depresiones… tan comunes en las sociedades avanzadas.
Es cada día más habitual recurrir a estos profesionales que han estudiado a fondo los distintos comportamientos de la conducta humana, tanto en lo que afecta a las relaciones con los demás como a aquellos estímulos que recibimos del entorno en el que nos desarrollamos habitualmente. Lejos quedó la percepción que teníamos de que el psicólogo solo trataba a casos de enfermos mentales o personas que pasan por momentos delicados y / o extremos.
El psicólogo tratará a cualquier persona que necesite superar miedos, mejorar la forma y el comportamiento que adopta a la hora de afrontar la realidad y el mundo, le ayudará a controlar sus impulsos, a conocerse mejor, a saber por qué ciertas cosas le afectan emocionalmente más que otras, y a eliminar barreras que le impiden llevar una vida más plena en el mundo que habitamos.
El deporte, una actitud más cerca de la mente de lo que creemos
No solo acudiendo a un profesional nos sentiremos mejor psicológicamente, con la práctica de algún tipo de deporte también mejoraremos nuestra salud mental. Con la realización de ejercicios constantes, encontraremos mucho más rápidamente ese equilibrio mente cuerpo tan valioso para mantener una buena calidad de vida.
Cuando vayamos a decidir qué deporte practicar, tenemos que ser conscientes de que se trata de una puerta al bienestar, que no debe procurarnos dolor ni agotamiento excesivo, debemos evitar sufrir con heridas, lesiones o traumatismos, debemos recordar que hacemos deporte para pasarlo bien y que no somos atletas profesionales, si queremos competir será otra cuestión.
Deportes como el ciclismo son ideales para disfrutar de todos sus beneficios y minimizar los posibles daños o desgastes, ya que por ejemplo para las rodillas, las partes que más sufren, está considerado un deporte de bajo impacto, además para aquellas personas que por su edad o condición física necesiten una ayuda, tenemos las bicicletas eléctricas. En la tienda online especializada en estas máquinas, BikElec.es, podrás encontrar un amplio catálogo de este tipo de bicicletas con asistencia al pedaleo, para utilizarlas en las cuestas que se nos vuelven demasiado trabajosas o en aquellas distancias que no hemos sabido calcular y se nos han vuelto demasiado largas. Con estas bicicletas, el placer del pedaleo se incrementa al saber que cuentas con una ayuda para cuando el camino se complica o el cansancio se hace excesivo.
Practicar este o cualquier otro deporte hace que nuestro cuerpo produzca endorfinas, las sustancias químicas que nos ofrece sensación de felicidad y euforia, aliviando síntomas como la depresión o la ansiedad. También reduce el estrés, pues consigue una desconexión total del trabajo y de los problemas cotidianos, además incrementa la producción de noreprefrina, otro mágico químico que modera la respuesta de nuestro cerebro al estrés.
Otros de los beneficios que produce es un aumento notable de la autoestima, lo que nos hará sentirnos mejor con nosotros mismos, mejorará nuestras relaciones sociales por esto mismo, por ese aumento en la autoconfianza, y disminuirá las posibilidades de sufrir enfermedades degenerativas, como el Alzheimer, ya que potencia la memoria y la capacidad cerebral, entre otros muchos.
Cuando hay que actuar directamente sobre el problema
Pero en ocasiones, por más que nos alimentemos de forma sana y equilibrada, por mucho ejercicio que hagamos o por más que visitemos al psicólogo, solo una intervención directa sobre el problema conseguirá eliminar nuestro pesar y además lo hará rápida y eficazmente.
Hablamos de las intervenciones de cirugía estética, sobre todo aquellas definidas como cirugía reparadora, como puede ser el aumento mamario o cuando se ha sufrido un cáncer en los senos. El Dr. Sesma, Cirujano estético en Barcelona, es especialista en este sector, que se agrupa en torno a diferentes categorías, como son el tratamiento de las quemaduras, y de las secuelas por cirugía plástica, la cirugía plástica de miembros y manos, infantil, maxilofacial y la mencionada cirugía plástica oncológica.
La cirugía estética nos hace más atractivos, algo que en nuestra sociedad está muy valorado, nos produce más seguridad y confianza, algo que podemos comprobar diariamente al ver cómo somos tratados cuando vamos más elegantemente vestidos y somos más atractivos que cuando nos presentamos en los lugares desaliñados y con mal aspecto.
La cirugía estética es considerada como una herramienta de gran utilidad para mejorar la calidad de vida de las personas, ya que logra alcanzar un bienestar psicológico a aquellas personas que se someten a algún tipo de operación de este tipo, formando parte del concepto de salud integral que es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El efecto psicológico que tiene sobre algunas personas es el verdadero motivo por el que se someten a estas operaciones, cuando pasan por estos tratamientos consiguen subir la autoestima, mejoran su proceso de desarrollo físico, así como en las relaciones sociales, en definitiva, puede llegar a ser el elemento sustancial y definitivo para conseguir el tan deseado equilibrio entre cuerpo y mente que nos facilite el acceso a una calidad de vida en la que la felicidad sea una constante.