Cuando se habla de personas mayores, muchas veces la imagen social está marcada por la pasividad, la enfermedad o la dependencia. Sin embargo, la realidad está cambiando. Cada vez más hombres y mujeres de más de 65 años reivindican un papel activo en la sociedad, alejándose de los estereotipos que los reducen a meros receptores de cuidados.

Un nuevo concepto de vejez
El envejecimiento activo es un término promovido por la Organización Mundial de la Salud que se basa en tres pilares: salud, participación y seguridad. No se trata solo de vivir más años, sino de vivirlos con calidad, manteniendo autonomía y protagonismo en la comunidad.
Hoy vemos ejemplos en todas partes: grupos de mayores que viajan, se forman en universidades populares, participan en voluntariado o incluso emprenden negocios tras la jubilación. Son personas que entienden que la edad no es una barrera, sino una etapa para seguir aprendiendo y aportando.
Salud y prevención
Una clave para este cambio es la prevención en salud. Programas de ejercicio físico adaptado, alimentación equilibrada y revisiones médicas periódicas están demostrando que es posible llegar a edades avanzadas con energía y vitalidad. Gimnasios y asociaciones vecinales incorporan ya actividades específicas, desde yoga suave hasta bailes sociales, que combinan ejercicio con socialización.
Tecnología y conexión
El uso de la tecnología también ha abierto puertas. Lejos de la imagen del mayor desconectado, cada vez son más quienes usan el móvil, el correo electrónico o incluso redes sociales para mantenerse al día y en contacto con familia y amigos. Cursos de alfabetización digital organizados por ayuntamientos y asociaciones han sido clave para reducir esa brecha.
Participación en la comunidad
Los mayores no solo reciben, también aportan. Muchos dedican horas al cuidado de nietos, al asociacionismo o al voluntariado. En algunos municipios, participan en programas de acompañamiento a personas que viven solas, convirtiéndose en un apoyo insustituible.
Romper la idea del límite
El envejecimiento activo está demostrando que la vejez no tiene por qué ser sinónimo de retirada. Escritores que publican su primera novela con 70 años, deportistas que siguen corriendo maratones con 80 o personas que aprenden un nuevo idioma en su jubilación son ejemplos que inspiran a toda la sociedad.
El mensaje es claro: vivir más años no basta, lo importante es vivirlos con proyectos, con salud y con ganas de seguir sumando.