Sólo un 36,7% de los españoles encuestados el viernes por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la reflexión en la que se recluyó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, consideraba que tenía que hacer lo que finalmente ha hecho: explicar lo sucedido y continuar gobernando.
Según la encuesta ‘flash’ realizaba entonces por el CIS, con 1.809 entrevistas, el 23,6% respondió el viernes que Sánchez debía convocar nuevas elecciones lo antes posible; el 20,9%, que debería dimitir; y otro 11,7%, someterse a una moción de confianza en el Congreso de los Diputados.
Estos tres porcentajes acumulan nada menos que al 56,2% de los españoles, que se completan con el citado 36,7% que pensaban que debía seguir gobernando, con el 4,2% que dijo que no sabía, el 1,5% que sugirió otras alternativas, y el 1,3% que no contestó.
En otras preguntas se ve la división provocada por Sánchez con su gesto, pues el 44,6% dijo que no le apoyaba en su iniciativa y el 43,1% que sí le respalda; el 41,1% opina que tiene razón en lo que planteaba en su carta a la ciudadanía y el 38,8% que no. En cambio, hay mayoría del 52,7% en la sensación de que la vida política se está volviendo «algo muy duro e insoportable», y ventaja notable de quienes creen que la denuncia contra ella es sólo por meterse con Sánchez respecto a quienes la ven fundada: 48,2% frente a 30,5%.
POLÍTICA Y JUSTICIA
Del estudio del CIS se desprende que hay una casi unanimidad del 90,5% en que hay límites en el combate político que no deberían traspasarse, y una muy mayoritaria convicción de que los jueces a veces se ven influidos por el poder político o económico (82,6%) y de que es necesaria una reforma de la justicia (81,4%).
Curiosamente, el escaso 36,7% de encuestados que defendía la continuidad de Sánchez es un porcentaje menor que la estimación de voto que el propio CIS asigna al PSOE tras preguntar el viernes a los mismos ciudadanos a los que interrogó sobre el dilema del presidente. Una estimación a la que, no obstante, se reconoce un margen de error del +/-2,4%.
Según tal estimación, el PSOE habría logrado un 38,6% de los votos, y aventajado al PP en 9,4 puntos porcentuales. El Partido Popular se habría quedado en un 29,2%, mientras que Vox habría obtenido un 11% y Sumar apenas un 7,2%, un descenso simétrico al impulso experimentado por el PSOE. Finalmente, Podemos habría recibido el 2,6% de los sufragios.
En el Barómetro de abril, al PSOE apenas se le asignó un 32,5% de los votos, por lo que la iniciativa de Sánchez, al menos el viernes, le había hecho subir de golpe seis puntos porcentuales. Al PP se le atribuyó un 33,5%, por lo que ese día se situaba 4,3 puntos por debajo. Vox, por el contario, se veía nueve décimas por encima, y Sumar y Podemos pagaban la focalización del voto progresista en el PSOE con sendos descensos de un punto y medio punto, respectivamente.