(EP) – El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibirá finalmente este martes en el Palacio de la Moncloa al presidente de EEUU, Joe Biden, con la vista puesta en escenificar lo que el Ejecutivo se ha esforzado en asegurar que es una relación bilateral sólida después del fallido encuentro de hace un año que se quedó en una breve charla de apenas 30 segundos.
El marco, como entonces, volverá a ser el mismo, la cumbre de la OTAN, pero si entonces Sánchez tuvo que contentarse con un breve cruce de impresiones con Biden mientras ambos caminaban hacia la sala de reunión tras la foto de familia de los líderes aliados en Bruselas, ahora ambos mantendrán un encuentro bilateral propiamente dicho.
El presidente estadounidense viaja a Madrid con motivo de la cumbre de la OTAN, ocasión que Moncloa y Casa Blanca han aprovechado para cerrar la reunión. Biden, que será recibido en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) por el Rey Felipe VI también mantendrá un encuentro con el monarca en el Palacio Real, previo a la cena que los Reyes brindarán a todos los líderes que asisten a la cumbre.
No obstante, después del encuentro fallido en Bruselas hace un año, que Moncloa había anticipado a la prensa y que finalmente no tuvo el cariz que el Gobierno esperaba aunque se intentó rebajar lo ocurrido, la reunión entre los dos presidentes no se confirmó hasta el jueves pasado, cuando la agenda del mandatario estadounidense ya estuvo bien atada, para evitar sorpresas.
Con todo, la esperada foto y el encuentro entre Sánchez y Biden servirá para escenificar una relación que para el Gobierno es estratégica y que Washington también se ha encargado de ensalzar en todo este tiempo, negando problemas con la coalición que conforman PSOE y Unidas Podemos, incluso en momentos en que desde el socio menor han arreciado las críticas hacia Estados Unidos y en particular hacia la OTAN.
PRIMER CONTACTO SEIS MESES DESPUÉS
Sánchez no habló con Biden hasta que ambos coincidieron en la cumbre de la Alianza en Bruselas en junio pasado, pese a que el demócrata llegó a la Casa Blanca el 20 de enero y que en las semana siguientes habló por teléfono con decenas de líderes internacionales. Entonces, desde Moncloa se esgrimió que había contactos a todos los niveles y no había ningún problema.
La toma de Afganistán por los talibán en agosto de 2021 fue la ocasión para demostrar la fortaleza de la relación: Biden llamó por teléfono a Sánchez para pedirle usar las bases de Morón y Rota para la evacuación de afganos que durante las dos últimas décadas habían trabajado para Estados Unidos. La respuesta fue afirmativa y Washington se encargó de agradecer en varias ocasiones la cooperación española, que permitió que los vuelos de evacuación hicieran escala en las bases españolas.
El presidente volvió a coincidir con Biden en octubre, con motivo de la cumbre del G-20, donde nuevamente pudieron intercambiar unas breves impresiones, y en marzo con motivo de la cumbre extraordinaria de líderes de la OTAN para discutir sobre la invasión rusa de Ucrania, si bien entonces no hubo contacto entre ambos.
El mandatario estadounidense llamó a Sánchez el pasado 21 de junio para hablar sobre la cumbre de la OTAN y para agradecer al Gobierno español los preparativos para esta cita, de la que saldrá el nuevo Concepto Estratégico que recoja las amenazas a las que hace frente la Alianza y las estrategias para confrontarlas durante la próxima década.
Además, el presidente del Gobierno ha participado en varias cumbres organizadas por Biden desde su llegada a la Casa Blanca sobre distinta temática como la pandemia de COVID-19, el cambio climático o la democracia.
AGENDA DE LA CITA
La agenda del encuentro vendrá marcada, a buen seguro, por la cumbre de la OTAN, pero también por el conflicto en Ucrania y la amenaza rusa. España y Estados Unidos están en sintonía en lo relativo a esta cuestión y han impuesto sanciones similares contra Rusia y sus dirigentes, a los que responsabilizan de la invasión «ilegal e injustificada».
La Casa Blanca ha adelantado que el encuentro servirá para «seguir coordinando y apoyando a Ucrania y para hacer que Rusia rinda cuentas» por la invasión, así como para discutir sobre la cooperación en materia de defensa, tanto a nivel bilateral como en el seno de la Alianza.
También cabe esperar, dado el interés del Gobierno español en que la OTAN mire hacia el flanco sur y las amenazas que provienen de él, en particular del Sahel, que el tema se cuele en el encuentro. Cabe recordar en este sentido la buena relación que mantiene Estados Unidos con Marruecos, un socio fundamental en la lucha contra el terrorismo en la región, en el marco ahora de la nueva etapa iniciada entre Rabat y Madrid.
Como es habitual, la cita servirá también para repasar las relaciones bilaterales en todos sus ámbitos, con especial interés en la coyuntura actual en el económico. Estados Unidos es ya el principal suministrador de gas natural de España tras desbancar en los últimos meses a Argelia, país con el que la relación bilateral atraviesa actualmente una profunda crisis por el respaldo del Gobierno al plan de autonomía marroquí para el Sáhara.
Según la Casa Blanca, Biden y Sánchez también hablarán sobre «la promoción de valores compartidos y prosperidad económica en América Latina, el Caribe y África» además de sobre la necesidad de colaborar para hacer frente a desafíos globales como el cambio climático o la seguridad sanitaria.
Por otra parte, Sánchez ha reivindicado en varias ocasiones su sintonía con Biden, cuya agenda progresista ha ensalzado. La semana pasada, después del histórico fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos anulando el derecho al aborto en el país, el presidente del Gobierno criticó el fallo, como también lo hizo el mandatario estadounidense.
«No podemos dar por sentado ningún derecho. Las conquistas sociales siempre están en riesgo de retroceder y su defensa tiene que ser nuestro día a día», reivindicó Sánchez, quien al igual que el presidente estadounidense también ha respaldado un mayor control de armas en Estados Unidos, ante las continuadas matanzas.