Nueva York, 17 abr (dpa) – Emma Coronel ha acudido a la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York cada una de las veces que Joaquín «El Chapo» Guzmán ha comparecido ante el juez desde su extradición la noche del 19 de enero de 2017. Pero la mujer del ex jefe del cártel de Sinaloa no había vuelto a hablar en público desde la mañana siguiente a que México entregara al narco.
«Sé que está muy mal psicológicamente, que se siente muy mal, por lo que me han dicho los abogados», manifestó hoy Coronel.
La ex reina de la belleza, tres décadas menor que el sexagenario narcotraficante mexicano, con el que tiene dos niñas gemelas de seis años, rompió más de un año de silencio para expresar ante la prensa su preocupación por el estado de salud mental de su marido.
«Lo que me preocupa es cómo va a llegar a un juicio bien si está mal de salud», manifestó Coronel.
Su mensaje, de menos de un minuto a las puertas de la corte en el neoyorquino barrio de Brooklyn, llegó después de que el abogado Eduardo Balarezo avanzara ante el juez Brian Cogan que va a pedir una nueva evaluación mental de su cliente.
Con permiso del magistrado, una experta de la universidad John Hopkins realizó ya una a «El Chapo» en noviembre. El resultado nunca fue publicado. El nuevo examen podría realizarse en las próximas dos semanas.
Guzmán espera el arranque del juicio contra él, en septiembre, en una cárcel de alta seguridad de Manhattan. Desde su extradición está en régimen de aislamiento, endurecido este además por unas medidas administrativas que se conocen como «SAMs» y se imponen a reos de alta peligrosidad y/o alto peligro de fuga.
La fiscalía defiende que las hacen necesarias el pasado de «El Chapo», con dos fugas de cárceles mexicanas en su haber, y la posibilidad de que pueda retomar las riendas de cártel o dar órdenes desde la cárcel.
Confinado en una celda de 15 metros cuadrados donde nunca se apaga la luz, Guzmán solo puede salir de allí una hora al día o cuando lo visitan su equipo de defensa o sus hijas de seis años, que hasta ahora lo han hecho en tres ocasiones.
Su mujer no tiene permiso y solo lo ve desde los bancos del público durante las vistas orales preparatorias del juicio, que hasta ahora se han celebrado cada aproximadamente tres meses pero que empiezan a acelerarse ante la proximidad del juicio. La siguiente fue fijada hoy para el 30 de mayo.
Balarezo asegura que las condiciones en las que se encuentra «El Chapo» están mermando su salud física y psíquica. El viernes solicitó de hecho al juez que su cliente pudiera hablar hoy de ellas en la corte, pero una vez allí retiró la petición al avanzar que hará la solicitud de una nueva evaluación mental.
Guzmán «no es el hombre que era cuando lo conocí», aseguró hoy a la prensa el letrado, que en sus escritos al juez ha hablado de alucinaciones auditivas y de una posible depresión de su cliente.
La ley establece que para que alguien sea juzgado debe tener suficiente capacidad mental para colaborar en su defensa. Y cada vez que se habla de la salud psicológica de «El Chapo», sobrevuela el fantasma de la posibilidad de un juicio nulo. Su abogado, no obstante, evita expresamente pronunciarse a ese respecto.
«Creemos que él está mal ahora, y eso también puede afectar cómo lo defendemos, si tiene competencias para seguir adelante», dijo hoy el letrado.
Estados Unidos acusa a «El Chapo» de introducir toneladas de droga al país al frente de lo que el Departamento del Tesoro calificó como un «imperio criminal» de tráfico de cocaína, marihuana, heroína y metanfetaminas.
En Nueva York hay 17 cargos contra él. El principal es el de manejo de organización criminal. Pese a que ninguno es un delito de sangre, basta con que sea considerado culpable en solo uno para que pueda ser condenado a cadena perpetua.
Su destino estará en manos de un jurado de 12 personas que comenzará a ser seleccionado en agosto mediante un cuestionario y que quedará definitivamente conformado a partir del proceso de selección in situ que arranca con 40 finalistas el 5 de septiembre en la corte.
El juez Cogan, que inicialmente había fijado en 650 el universo de potenciales jurados para empezar la selección, lo aumentó hoy a entre 800 y 1.000 tras una petición conjunta de la fiscalía y la defensa.
El universo habitual de potenciales jurados con el que se comienza normalmente es de entre 100 y 150. Pero las dos partes, y también el juez, son sabedoras de las dificultades de encontrar 12 jurados y seis suplentes para un juicio que durará al menos tres meses y en el que el jurado será anónimo y estará protegido por agentes de la ley para evitar que el entorno de «El Chapo» pueda presionarlo.
Por Sara Barderas (dpa)