Moscú, 24 jun (dpa) – En los primeros días del Mundial casi todo eran elogios para el videoarbitraje, pero la nueva tecnología que promete revolucionar el fútbol tardó muy poco en saltar a los primeros planos de la polémica.
Una catarata de decisiones controvertidas fueron el abono perfecto para plantar el debate en Rusia 2018. VAR sí o VAR no. El fútbol todavía no se pone de acuerdo.
Marruecos e Irán se quejaron de que los árbitros FIFA no tratan igual a todas las selecciones ni a todos los futbolistas; Suecia reclamó un penal ante Alemania que ni si quiera se revisó; algunos creen que Cristiano Ronaldo debió ser expulsado el lunes por un codazo.
«Una orgía con el VAR», resumió gráficamente el ex portero alemán Oliver Kahn el partido entre Portugal e Irán que terminó 1-1 y en el que el colegiado paraguayo Enrique Cáceres acudió a la pantalla tres veces.
La última fue para conceder a Irán un penal en el descuento -para muchos más que dudoso- que dejó a Portugal segunda del Grupo B porque prácticamente en el mismo minuto España conseguía el 1-1 ante Marruecos, gracias también al VAR.
El seleccionador de Irán, Carlos Queiroz, no se guardó ninguna crítica. Al fin y al cabo, su equipo ya está eliminado de Rusia 2018.
«Si hubiera justicia en el fútbol, que no la hay, el ganador debería haber sido Irán», señaló Queiroz sobre todas las decisiones. «Cuando hay un codo, las reglas dicen que es tarjeta roja. Las reglas no dicen que es distinto si está Messi o Ronaldo», añadió.
Al igual que ya pidió Brasil, Queiroz reclamó que se hagan públicas las conversaciones que mantienen los árbitros de video con el colegiado del césped. Puso de ejemplo el rugby, donde esos intercambios se escuchan en los altavoces.
«Tenemos el derecho a saber qué está pasando», reclamó el técnico portugués. «La decisión debe estar clara para todos. Señor Infantino, FIFA, estamos todos de acuerdo en que el VAR no está funcionando bien», protestó.
Monir el Kajoui, portero de Marruecos, también apuntó a la FIFA. «Si nos hubiesen tratado igual que a España, el gol contra Portugal no hubiese subido y tal vez hoy estábamos celebrando la clasificación a la siguiente ronda», comentó el lunes. «A los jugadores de nivel top, los árbitros los ven de otra manera. Eso ha pasado, está pasando y va a pasar siempre».
La FIFA declinó responder hoy a Queiroz y a Monir. Hace apenas seis días, el ente rector del fútbol mundial emitió un comunicado en el que se mostró «extremadamente satisfecha con la implementación exitosa del sistema VAR, que en general ha sido aceptado positivamente y apreciado dentro de nuestra comunidad futbolística».
Pero la calma al VAR le duró poco. «Es una mierda», resumió en tres palabras el marroquí Nordin Amrabat. En España, como era de esperar tras conseguir el primer lugar de grupo por una carambola del VAR, se aplaudió al sistema.
«Viva el VAR», coincidieron en sus portadas los diarios deportivos «As» y «Marca». «La decisión del árbitro nos ha favorecido después de mucho sufrimiento», opinó el seleccionador Fernando Hierro.
Introducido para evitar graves errores como goles, penales, fueras de juego o confusiones de identidad, el VAR es una tecnología que llega para quedarse y que promete revolucionar el fútbol. Corrige injusticias porque evita errores graves de los árbitros, pero todo lo nuevo necesita un periodo de adaptación. Tanto para los protagonistas, como para hinchas y medios de comunicación.
Lógicamente, la polémica siempre existirá porque el fútbol tiene mil jugadas interpretativas. Lo que para unos es penal, para otros es un ligero roce. Donde unos ven una entrada de roja, otros opinan que con una amarilla es suficiente. El VAR no llegó para acabar con eso que muchos llaman «la salsa del fútbol». De hecho, añade todavía más picante.
«Me gusta el Var. Hace más dramático el juego más mundano de todos», consideró hoy el ex futbolista Gary Lineker. «Mejora la decisiones arbitrales, aunque el error humano va a existir siempre», añadió en su cuenta de Twitter.
Por Ignacio Encabo (dpa)