(EP) – El Tribunal Supremo de Irak ha rechazado el miércoles la demanda de disolver el Parlamento argumentando que no tiene la autoridad constitucional para hacerlo en un contexto marcado por las presiones de simpatizantes del clérigo chií Muqtada al Sadr para que se celebren nuevas elecciones.
«La estabilidad del proceso político en Irak requiere que todos respeten las disposiciones de la Constitución y no las excedan. Ninguna autoridad puede continuar excediendo los periodos constitucionales indefinidamente», ha precisado en un comunicado recogido por la agencia de noticias NINA.
Asimismo, ha señalado que el retraso para la formación de un gabinete en Irak «es una violación de las disposiciones de la Constitución», al tiempo que ha argumentado que la disolución del Parlamento se debe llevar a cabo cuando «existan causas justificativas para ello».
En un intento por desbloquear la situación política, el primer ministro iraquí, Mostafá al Kazemi, anunció el lunes una mesa de diálogo con las fuerzas y partidos políticos tras las masivas protestas que dejaron al menos 30 muertos en la capital, Bagdad.
El presidente del Parlamento iraquí, Mohamed al Halbusi, dijo el pasado domingo que una de las condiciones para que triunfe este diálogo nacional es fijar una fecha para unas elecciones anticipadas en el país, así como unos comicios a nivel regional.
Más de 30 personas fallecieron en las últimas movilizaciones de simpatizantes ‘sadristas’, del clérigo chií Muqtada al Sadr, después de los enfrentamientos en la Zona Verde de la capital, Bagdad, donde se encuentran las principales instituciones gubernamentales y diplomáticas.
Al Sadr, que llevaba semanas movilizando a sus cientos de miles de simpatizantes en Bagdad hasta el punto de haber tomado en dos ocasiones el Parlamento, anunció su retirada de la vida política. El clérigo había exigido previamente la convocatoria de nuevas elecciones tras meses de fracaso para formar Gobierno.