(dpa) – Las Capitales Europeas de la Cultura 2023 invitan este año al público a Rumania, Hungría y Grecia para conocer tres perlas hasta ahora aún sin descubrir que quieren mostrar todo su esplendor.
Las ciudades elegidas para este año son Timisoara, en el oeste rumano, punto de partida de la revolución de 1989 que hizo caer al dictador Nicolae Ceausescu; la bella Veszprém, cerca del lago Balatón húngaro; y la griega Eleusis, famosa en la Antigüedad por sus misterios.
En Timisoara, una ciudad industrial con 300.000 habitantes en el triángulo fronterizo de Rumania con Hungría y Serbia, los organizadores quieren poner el foco en la tradicional diversidad que hay en ese rincón del país.
En esta ciudad con el encanto del imperio austrohúngaro viven, además de rumanos, descendientes de alemanes, húngaros, serbios, romaníes, checos, eslovacos y búlgaros.
Casi todos los niños de Timisoara hablaban al menos tres idiomas antes de la Segunda Guerra Mundial, incluido el yiddish, aunque este casi desapareció aquí debido al Holocausto.
Timisoara fue cuna de estrellas, porque aquí nació Johnny Weissmüller (1904-1984), protagonista de «Tarzán», y se graduaron en la escuela secundaria dos premios Nobel, la escritora Herta Müller y el químico y biofísico Stefan Hell.
Más de 50 eventos tendrán lugar en Timisoara tan solo para la inauguración que se celebrará del 17 al 19 de febrero, entre ellos la presentación de un jardín «vertical» en la céntrica plaza de la Ópera.
También habrá mucha música de géneros muy diferentes, entre ellos el músico ucraniano de hip-hop Alyona Alyona y música gitana tradicional.
Luego habrá un promedio de 30 actos por semana, entre los que se destacan grandes exposiciones con obras del escultor rumano Constantin Brancusi (1876-1957) y del artista surrealista nacido en Rumania Victor Brauner (1903-1966).
Un toque de color en Timisoara y un ambicioso promotor de la cultura es Dominic Fritz, alcalde local desde 2020: nacido en la Selva Negra alemana, politólogo y anteriormente activo en el partido germano Los Verdes, también fue redactor de discursos del expresidente alemán Horst Köhler.
El funcionario, de 38 años, «se enamoró de esta ciudad», según sus propias palabras, durante su trabajo en 2003 como voluntario en un hogar infantil en Timisoara. «Timisoara es claramente más europea que el pueblo en el que yo crecí, porque sabe lidiar mucho mejor con la diversidad, el multilingüismo y la coexistencia de ideas», destaca Fritz en un diálogo con periodistas.
Fritz lleva en el corazón el proyecto «Caminos de la revolución», que busca conmemorar el levantamiento popular de 1989, pero no estará listo para 2023, como muchos otros planes.
La causa de las demoras es la política interna, porque Fritz pertenece al partido opositor ecologista liberal USR, pero en la capital Bucarest gobiernan los socialdemócratas y los conservadores.
El alcalde denuncia que esto ha provocado obstrucciones, como bloqueos de fondos. No obstante, espera que el año de la Capital Europea de la Cultura le dé un «nuevo impulso».
Cultura en el lago Balatón
Gyula Porga, alcalde de Veszprém, en el oeste de Hungría, también espera un impulso del turismo.
La inauguración del año como Capital Europea de la Cultura tendrá lugar el 21 de enero con un gran espectáculo bajo el nombre «Veszprém-Balatón 2023». Balatón es el nombre húngaro del lago que está a pocos kilómetros de Veszprém.
«Capital de la Cultura significa hallar respuestas culturales a los desafíos de estos tiempos», declaró Porga durante una conversación con periodistas.
El alcalde consideró que algunos de los problemas son el éxodo de jóvenes y el fluctuante valor añadido del lago Balatón como imán turístico, que se limita a unos pocos meses de verano. La cultura, señaló, podría hacer atractiva la ciudad durante todo el año.
La ciudad, de 60.000 habitantes, ya es atractiva de por sí por su ubicación. Se alza sobre cinco colinas y por entre medio corre el arroyo Sed.
El centro urbano de la ciudad, de los siglos XVIII y XIX, es acogedor. La renovación del imponente castillo sobre una montaña debería culminar, al menos en su exterior, a principios de este año.
Veszprém se posicionó regionalmente hasta ahora con sus festivales musicales, que abarcan desde música clásica, jazz y coral hasta el estilo callejero.
La música también le dará el tono en el año como Capital Europea de la Cultura, como también la gastronomía y el vino. Muchos de los mejores vinos se elaboran en la costa montañosa del norte del lago Balatón.
Salir de la sombra de Atenas
«Misterios de transición» es el lema de la ciudad de Eleusis, también conocida como Eleusina, en los suburbios de Atenas.
Michail Marmarinos, director de Cultura, promete una «variación sin precedentes de la institución Capital Europea de la Cultura». El festejo de apertura del año cultural se celebrará el 4 de febrero.
Eleusis, con 30.000 habitantes, siempre estuvo conectada con la capital griega, ubicada a solo 20 kilómetros al este, y siempre ha estado a su sombra. Ahora busca liberarse de esta posición periférica e independizarse.
El punto culminante de las celebraciones será la puesta en escena de «Un réquiem alemán», de Johannes Brahms, como «Human Requiem», a cargo del director Jochen Sandig y el Coro de la Radio de Berlín.
Se realizará en el sitio arqueológico de Eleusis a finales de septiembre de 2023. El director austriaco David Haneke creará una película basada en las grabaciones del concierto.
La producción refleja lo que Eleusis representaba en la antigüedad y lo que representa el lema «Misterios de la transición» de la Capital de la Cultura 2023, explicó a dpa Marmarinos.
Antiguamente tenían lugar allí los «Misterios de Eleusis», una especie de culto secreto que celebraba cada año el renacimiento de la naturaleza. Los ritos atraían a miles de atenienses que peregrinaban a la ciudad. Ahora se espera una nueva afluencia de visitantes.
Eleusis vivió su último apogeo en el siglo XIX y principios del XX. Como granero de la región y gracias a su puerto, fue uno de los centros industriales más importantes de Grecia.
La construcción naval, las fábricas de cemento, las manufacturas y la industria alimentaria estaban en pleno apogeo. Pero luego llegó la caída: el Pireo y Atenas absorbieron prácticamente todos los sectores económicos.
El puerto de Eleusis se convirtió en un cementerio de barcos, y hoy en día se cuentan por decenas los barcos naufragados. Es precisamente todo esto lo que la ciudad quiere superar ahora como Capital Europea de la Cultura. ¿Tendrá éxito?
Por Kathrin Lauer, Gregor Mayer y Takis Tsafos (dpa)