El consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, ha ratificado que el Gobierno de Asturias intensificará las medidas para combatir la epidemia del coronavirus en las residencias de personas mayores. “Ya se están realizando pruebas diagnósticas a todos los profesionales y vamos a hacer estas pruebas a todos los residentes”, ha asegurado. La consejería, que ya ha intervenido 54 de estos equipamientos, redobla así sus esfuerzos para prestar la mejor atención posible al grupo de población más vulnerable ante el COVID-19. La consejería también ha designado un coordinador específico para la supervisión de las residencias en cada una de las ocho áreas sanitarias de la comunidad autónoma.
Fernández Muñiz ha asegurado que la atención a las personas mayores ha sido una prioridad desde el inicio de la crisis. “Son especialmente vulnerables y, desde el primer minuto de esta epidemia, hemos trabajado en coordinación con la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, se ha dado tratamiento adecuado a estos residentes y, a diferencia de lo que sucedió en otros lugares, aquí nunca se ha hecho un cordón sanitario”. A partir de ahora, ha añadido, “se monitorizará lo que ocurre minuto a minuto en estos equipamientos para que, si entra el virus en un centro, se detecte lo antes posible con el objetivo de aislar a las personas afectadas, evacuar a las que lo precisen y dar el tratamiento adecuado a todas ellas”.
Salud ha nombrado en cada una de las ocho áreas sanitarias a un coordinador específico de centros sociales residenciales encargado de supervisar estos equipamientos. Estos profesionales se suman a los 54 empleados públicos designados como interventores por el Servicio de Salud del Principado (Sespa).
Anticipación
Las medidas adoptadas por el Gobierno de Asturias, que en muchos casos se han anticipado a las nacionales, han permitido que en la comunidad se registren datos de mortalidad menos negativos que la media del país. Este hecho se constata en los informes del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, que permite ver la evolución del número de defunciones diarias observadas frente a las esperadas, junto con el número de días consecutivos en los que se registra exceso de mortalidad y la magnitud de dicho exceso.