Leipzig, 12 abr (dpa) – Hace diez años, cuando el pintor alemán Neo Rauch festejó su medio siglo de vida, se inauguró una gran exposición paralela con sus obras en dos ciudades, Leipzig y Múnich. Ahora, a punto de cumplir los 60, es obvio que el célebre artista busca la tranquilidad, sin entrevistas ni exposiciones.
Rauch pidió comprensión para el 18 de abril, el día de su cumpleaños, por ser este un asunto privado y rechazó una entrevista. También canceló la exposición de sus primeras obras prevista para este año en el Museo de Bellas Artes de Leipzig, la ciudad donde nació en 1960 y en la que sigue trabajando hasta hoy en día.
Argumentó que carece de la «necesaria mansedumbre de la edad y la serenidad» como para hacer frente a sus primeros trabajos.
En sus escasas apariciones públicas, el pintor alemán se expresa en un idioma que parece haber caído en el olvido. Elige sus palabras cuidadosamente y estas suenan más al siglo XIX que al veinte.
A pesar de esto, el pintor alemán está firmemente arraigado en el presente. «Creo que Neo Rauch es un pintor muy importante de su generación, en Alemania y más allá de sus fronteras», dijo Bernhart Schwenk, curador de arte contemporáneo de la Pinacoteca de Arte Moderno de Múnich y responsable de la gran muestra sobre el pintor en la capital bávara en 2010.
Schwenk opina que Neo Rauch genera un potencial distópico en sus cuadros. «Las imágenes son legibles porque son concretas», indicó, señalando que al mismo tiempo uno siempre tiene la sensación al contemplarlas de que a pesar de todo el conocimiento y esclarecimiento de hoy en día, el tiempo se detuvo.
«Especialmente en estos tiempos del coronavirus, cuando todo se ha parado, a menudo pienso en lo rápido que puede instalarse una parálisis», observa Schwenk.
El ascenso de Neo Rauch hasta convertirse en un pintor estrella muy solicitado en todo el mundo comenzó a mediados y finales de 1990.
Influenciado por la Academia de Arte de Leipzig, Rauch pintó en forma figurativa. «Esto fue completamente nuevo. La última vez que se hizo algo así fue en el Surrealismo y antes de la Segunda Guerra Mundial», explicó Schwenk.
Las pinturas de la Nueva Escuela de Leipzig, y sobre todo los cuadros de Neo Rauch, alcanzaron de repente los mayores precios en el mercado internacional del arte.
Las autoridades de Leipzig subrayan que Neo Rauch es de gran importancia para la ciudad del sureste alemán. La administración de la ciudad informó que el jefe del departamento cultural, Skadi Jennicke, felicitó al pintor por su 60 cumpleaños en una «carta muy personal».
En ella lo alabó como un artista internacionalmente buscado y reconocido. Leipzig también está asociada con él fuera de Alemania.
La conexión con su ciudad natal en la Alemania Oriental puede verse en sus pinturas. Los escenarios y paisajes son los de Leipzig, y a veces también los de Aschersleben, el pequeño pueblo donde creció Rauch en casa de sus abuelos después de la temprana muerte de sus padres en un grave accidente de tren.
Pero no solo las referencias biográficas distinguen sus obras. Estas son al mismo tiempo enigmáticas y también pueden verse separadas del artista. Entonces es posible descubrir siempre nuevos aspectos porque Neo Rauch, y en esto hay acuerdo, es también un gran narrador.
Si bien la exposición en el Museo de Bellas Artes de Leipzig no se concretó, sus seguidores todavía podrán visitar otra muestra: La galería Eigen + Art, que está inseparablemente ligada a la carrera de Neo Rauch, está planeando una gran exposición del pintor alemán para septiembre de este año.
Por Birgit Zimmermann (dpa)