El Partido Popular escenificó este fin de semana en Sevilla un cierre de filas total en torno a su líder, Alberto Núñez Feijóo, y se ‘olvidó’ durante unas horas de la crisis que tiene abierta el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, por la gestión de la trágica dana del pasado 29 de octubre, que se saldó con 228 fallecidos.
Mientras Feijóo volvía al enclave en el que fue entronizado para festejar su tercer cumpleaños al frente del PP, los valencianos tomaron de nuevo las calles a 650 kilómetros de la capital andaluza y volvieron a exigir a Mazón su dimisión, aunque con menos fuelle que en las primeras manifestaciones.
El marco elegido para conmemorar el liderazgo de Feijóo fue la XXVII Unión Interparlamentaria. La convención acusó la falta de pomposidad que supone siempre la ausencia de barones en un acto de este calado –a excepción del anfitrión, Juanma Moreno–, pero la contrarrestó con la exaltación de los 750 diputados nacionales y autonómicos que veneraron la vuelta del sol y arroparon a su líder. “¡Oa, oa, oa, Feijóo a La Moncloa!”, corearon durante la clausura del cónclave.
La reconstrucción de Valencia jugó un papel testimonial. Ni formó parte de las conclusiones de la cumbre, que se rubricaron en un documento de 21 páginas, ni se abordó en ninguna de las mesas. Tampoco opacó el discurso de los dirigentes ‘populares’, acostumbrados en las últimas semanas a responder a numerosas preguntas sobre Mazón que tapaban los mensajes que pretendían colocar. En Sevilla, el PP sí logró desviar el foco mediático del ‘president’, a pesar de la afluencia de decenas de periodistas que viajaron desde Madrid.
Génova quiere bajar el suflé ahora que Feijóo ha optado por mantener a Mazón ante la falta de alternativas para relevarle sin pasar por las urnas. El presidente valenciano ganó oxígeno la semana pasada con su preacuerdo presupuestario con Vox, aunque desde la cúpula del PP ya avisaron de que su situación “orgánica”, vinculada al éxito de la reconstrucción de Valencia y las diligencias de la jueza de Catarroja, sigue intacta.
CONGRESO DEL PPE
En el PP quieren que el debate público vire en las próximas semanas. Para ello, reconocen que no puede haber más novedades sobre el paradero del presidente valenciano durante lo peor de la dana. Según la última versión oficial, Mazón comió durante varias horas con una periodista y no se incorporó al Cecopi o centro de coordinación de emergencias hasta las 20.28 horas, una vez enviada la alerta a los móviles de los valencianos. Previamente, la Generalitat intentó ocultar su agenda privada, pero todos los detalles acabaron por conocerse a cuentagotas y coparon el foco mediático durante varias semanas.
Distintos cargos nacionales y autonómicos consultados por Servimedia creen que las “mentiras” de Mazón han tapado la responsabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez en la catástrofe, descargándola sobre sus propios hombros. Y quieren pensar que no habrá más sobresaltos que impidan que la discusión pase de pantalla, pero no ponen la mano en el fuego por el ‘president’. Si Mazón se centra en la reconstrucción de Valencia, hay miembros de la dirección nacional del PP que apuestan por mantenerle el apoyo a incluso hasta el final de la legislatura. Pero esa decisión compete solo y exclusivamente a Feijóo.
Génova confía ahora que la presión social contra su barón pierda tensión en los próximos días. Las manifestaciones son cada vez menos multitudinarias –ayer protestaron 25.000 personas frente a las 100.000 de la primera–, pero Mazón sufre escraches todos los días, lo que le ha obligado a limitar sus actos en espacios públicos. De hecho, no pisa la ‘zona cero’ de la dana y se ausentó de las Fallas hasta el último día, cuando apareció por sorpresa en la Cremà.
Los días 29 y 30 de abril el Partido Popular Europeo celebrará su Congreso en Valencia. Y, a falta de conocer qué papel desempeñará el presidente valenciano, los ‘populares’ dan por descontado que se producirán manifestaciones en un cónclave al que prevén asistir varios primeros ministros europeos y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Nos hemos metido en un lío nosotros solos”, reconoció un novato eurodiputado este fin de semana en Sevilla. El PP español intentó hasta el último momento reubicar la cumbre en Madrid, pero los costes para el PPE eran muy altos y se expone ahora al malestar de la sociedad valenciana.
CIERRE DE FILAS
Génova no cruzará ese río hasta llegar al puente. Y Feijóo se inhibió este fin de semana de la crisis de Mazón en un territorio “talismán” para el PP como es Sevilla, donde José María Aznar pilotó la refundación del partido hace casi 35 años. El gallego se apoyó en el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quien renovó su aval en “Alberto” porque es “la única persona” que puede sacar a España de “este gran atolladero en el que nos ha metido Sánchez”. Moreno aseguró que el Gobierno de Sánchez está “finiquitado” y “en sus últimos estertores”, y azuzó al partido para que esté “muy preparado” para cuando se convoquen elecciones, un escenario que puede producirse “en los próximos meses”.
Feijóo hizo lo propio. Llamó a filas a su partido para hacer frente al “despotismo sanchista” y dio por hecho que el cambio de era se producirá más pronto que tarde, aunque sin “atajos” como puede ser una moción de censura con Junts.
Miguel Tellado, el portavoz del PP en el Congreso y principal brazo ejecutor de Feijóo dentro del partido durante su desembarco en Madrid, hizo un balance muy positivo de la situación actual del partido y dijo que “los objetivos están cumplidos” porque se ha logrado “recuperar la confianza, la ilusión, la fe y un proyecto en positivo para España”.
Feijóo, sin embargo, reconoció que no puede “ignorar” que aún le falta “completar el 100%” de sus desafíos, es decir, llegar a La Moncloa. Pero admitió que ve ese hito más cerca en un momento en el que no existe contestación interna dentro del PP.