Roma, 2 ago (dpa) – El papa Francisco mandó enmendar el catequismo y declaró que la pena de muerte es inaceptable para la Iglesia católica, informó hoy el Vaticano.
La Iglesia enseña «que la pena de muerte es inaceptable, porque viola la integridad y dignidad de la persona», reza la nueva formulación del pasaje correspondiente.
La Iglesia defiende «con determinación» la abolición de la pena de muerte en todo el mundo porque este tipo de sanción está reñido con el Evangelio, señala la nueva versión del catequismo.
Hasta ahora, el catequismo, el libro de instrucción de la doctrina cristiana, no descartaba en principio la pena capital como último medio.
«Durante mucho tiempo, el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legal, después de un juicio correcto, era considerado como una respuesta adecuada a la gravedad de algunos crímenes y como un medio aceptable, si bien extremo, para preservar el bien público», afirmó el Vaticano.
Sin embargo, agrega, hoy hay una conciencia creciente de que la persona tampoco pierde su dignidad cuando ha cometido graves crímenes.
Desde el punto de vista histórico, la muerte como castigo estuvo justificada durante mucho tiempo en la Iglesia católica hasta que se produjo un cambio de pensamiento en el último siglo.
También los antecesores de Francisco como Juan Pablo II y Benedicto XVI se pronunciaron contra la pena de muerte, aunque no cambiaron el controvertido texto del catequismo.
El catequismo fue fijado en 1992 bajo Juan Pablo II. Hasta ahora decía allí que la pena de muerte no se descartaba «cuando este es el único camino transitable para defender la vida de las personas efectivamente de un agresor injusto».
Francisco ya había puesto en duda esto en octubre pasado y pedido una renovación del catequismo. Ahora hizo finalmente renovar el texto.
De acuerdo con Amnistía Internacional, actualmente hay aún 56 países con pena de muerte, entre ellos Estados Unidos. El presidente estadounidense, Donald Trump, es considerado un defensor de la pena de muerte. Sin embargo, China es el país con la mayor cantidad de ejecuciones. El año pasado fueron ejecutadas 993 personas en todo el mundo, de acuerdo con Amistía.
En una carta a los obispos del mundo, el Vaticano explica que la nueva formulación quiere contribuir «a través de un diálogo respetuoso con las autoridades políticas» a eliminar la pena de muerte allí donde aún está en vigor.