Ciudad del Vaticano, 14 sep (dpa) – El papa Francisco celebró hoy el matrimonio de 20 parejas, algunas de las cuales ya vivían juntas e incluso con hijos, situaciones que van contra las enseñanzas de la Iglesia católica.
El gesto, que se produce tres semanas antes de que tenga lugar un encuentro internacional de obispos para debatir el futuro de la familia con asuntos como las relaciones sexuales prematrimoniales, fue considerado por los observadores vaticanos como una nueva prueba de la defensa del papa en una iglesia «misericordiosa».
En su homilía, Francisco subrayó que «el amor de Cristo puede devolver a los esposos la alegría de caminar juntos; porque eso es el matrimonio: un camino juntos de un hombre y una mujer, en el que el hombre tiene la misión de ayudar a la mujer a ser mejor mujer, y la mujer tiene la misión de ayudar a su marido a ser mejor hombre».
«No es un camino llano, sin problemas, no, no sería humano», subrayó el religioso. «Es un viaje comprometido, a veces difícil, a veces complicado, pero así es la vida».
«Los elegidos para ser casados el domingo son parejas como muchas otras», comunicó esta semana la diócesis de Roma, que seleccionó a los novios que participarían en la ceremonia en la Basílica de San Pedro.
Las edades de los novios iban de los 25 a los 56 años y entre ellos había parejas «que ya viven juntas, algunas que ya tienen hijos y algunas que se conocieron en la iglesia», señaló la diócesis.
Gabriella, cuya hija estuvo presente en la ceremonia, declaró a Radio Vaticano estar agradecida de poder sellar en la iglesia su unión con Guido, cuyo matrimonio anterior fue anulado.
«Porque sería un sacrificio muy duro ser privado de los sacramentos, de la comunión, y ser privado de una vida bendecida por Dios, un amor que es bendecido y experimentado como debe ser», afirmó.
Al término de la misa, el pontífice concluyó con «un pequeño consejo: es normal que los esposos peleen, es normal. Siempre se hace. Pero les aconsejo que jamás terminen la jornada sin hacer la paz. Es suficiente un pequeño gesto y así se sigue caminando. El matrimonio es símbolo de la vida, de la vida real, no es una ‘novela'».
Es bastante extraordinario que un papa celebre bodas públicas. Juan Pablo II lo hizo dos veces, en 1994 y 2000, mientras que Benedicto XVI nunca ofició este sacramento durante su pontificado.