Hay pocos equipos en la categoría con el potencial ofensivo del Real Oviedo, que ayer volvió a dar muestras de su potencial ante el filial del Celta, al que goleó por 1-4. Las diferencias con el segundo clasificado, el Murcia, se mantienen en los cinco puntos.
El mando del encuentro lo llevó el conjunto vigués durante los primeros compases del encuentro, pero en el minuto 12 el tanto de Manu Redondo en un remate de cabeza frenó los ataques celtiñas. Nada más comenzar la segunda mitad Linares amplió las diferencias tras aprovechar un rechace del guardameta.
Los celestes despertaron con el 0-2 y empezaron a llegar con más fluidez a la portería de Esteban. Borja Iglesias recortó diferencias y permitió que el encuentro adquiriese un ritmo distinto, con oportunidades para los dos bandos.
Borja Valle a la salida de un córner puso la tranquilidad para los ovetenses, mientras que Sergio García se encargó de cerrar el marcador cuando el Celta se encontraba volcado sobre el área de Esteban. Buena prueba de fuego para el Oviedo, que volvió a rentabilizar una vez más su pegada en los metros finales.